Estrenada en USA el pasado mes de noviembre, la última película de Peter Farrely es una de las gratas sorpresas de la cartelera española en este inicio de 2019. Y lo es no solo por su calidad y su capacidad para gustar a todo tipo de espectadores (incluidos los críticos), sino porque supone también un punto y aparte en la filmografía de este director, sembrada hasta ahora de cintas mediocres y con abundantes detalles de mal gusto. Con un presupuesto de 23 millones de dólares, “ lleva cosechados 83 en todo el mundo y ha sido nominada a 5 Óscares. Bien por Farrely, que esperemos haya descubierto una nueva “línea de productos”.
“Green Book”, que desprende un aroma clásico desde sus primeros fotogramas, nos cuenta una bonita historia de amistad y de superación de prejuicios, homenajea a la familia, alaba el trabajo bien hecho y la honestidad, defiende con firmeza la dignidad de cualquier persona y presenta la religión con naturalidad. Unas bondades que están planteadas de una manera sencilla, sin grandes disquisiciones, con algún que otro cliché y cierta concesión a lo políticamente correcto, pero casi siempre con un tono elegante y un eficaz sentido del humor. Y todo con un ritmo trepidante, al compás de una magnífica banda sonora, que incluye canciones de la década de 1960 y la música de Don Shirley (ahora hablaremos de él).
El filme recrea el viaje de dos meses que en 1962 hicieron Tony Vallelonga (Tony Lip para sus amigos), empleado del club nocturno Copacabana, y Don Shirley, virtuoso pianista afroamericano admirado por el legendario Igor Stravinsky. Tony (Viggo Mortensen), de origen italiano, criado en el Bronx, casado con una mujer maravillosa y padre de dos hijos, fue contratado para acompañar a Shirley (Mahershala Ali) como conductor y ayudante personal durante la gira que este realizó por el Sur de los Estados Unidos. Para mayor credibilidad, firma el guion Nick Vallelonga, el hijo mayor de Tony, que oyó contar a su padre el inolvidable periplo en múltiples ocasiones.
En una época de feroz racismo, el título de la película hace referencia a una guía (el “Libro verde”) de los escasos establecimientos que los afroamericanos podían utilizar en los Estados del Sur y que ofrecían cierta seguridad. Viggo Montensen y Mahershala Ali hacen un trabajo extraordinario y están nominados al Oscar. Su compenetración, dando vida a personalidades tan dispares, es perfecta. Una convivencia de la que ambos saldrán beneficiados y de la que el espectador es gozoso testigo. Para no perdérsela.
Juan Jesús de Cózar