Una química en los altares. Guadalupe Ortiz de Landázuri

El sábado 18 de mayo y en la plaza de las Ventas madrileña la Iglesia fue beatificada Guadalupe Ortiz de Landázuri, una de las primeras mujeres del Opus Dei, lo que no deja de ser una noticia en un mundo teñido de feminismos y luchas por el “empoderamiento” femenino. Una mujer del montón, una laica de a pie que dedicó su vida a Dios y a los demás a través de la santificación del trabajo cotidiano, según la espiritualidad que San Josemaría Escrivá impulsara de modo pionero a partir de 1928 y el Concilio Vaticano II refrendara después en los sesenta. Una noticia que, a muchos puede a priori resultar lejana, pero que cambia si se analiza la vida de esta mujer.

A ello se han dedicado varios libros que quisiera comentar ahora. Existía una biografía “clásica”, la de Mercedes Eguíbar, “Guadalupe Ortiz de Landázuri, trabajo, amistad y buen humor (2001) que sigue siendo válida. No obstante, interesan al menos tres novedades que reseño brevemente: Letras a un santo(María del Rincón/ Maria Teresa Escobar, 2018); La libertad de amar (Cristina Abad Cadenas, 2018; y En vanguardia. Guadalupe Ortiz de Landázuri 1916-1975) (Mercedes Montero, 2019).

El primero recorre la correspondencia entre Escrivá y Guadalupe a lo largo de toda su vida, evidentemente de modo fragmentario y subrayando aspectos que resaltan su personalidad fuerte pero humilde, entusiasta pero entregada, propia de una hija que confía en el padre y se deja guiar en las aventuras interiores. Ahora que están de moda diarios y literatura epistolar, el lector encontrará un documento que permite ver la maduración de una personalidad entre los veinte y los casi sesenta años. Un testimonio de vida interior, pero también histórico porque esta mujer anda en proyectos que impulsan el entorno, según esa máxima de “poner a Cristo en el centro de las actividades humanas”. La joven entusiasta se convertirá en la mujer madura siempre “tan contenta”, porque todo es para bien si es para Dios, incluida la enfermedad que la lleva a una muerte joven.

La libertad de amar, el libro de Cristina Abad tiene la virtud de saber llegar a la gente. Esta periodista, dedicada también al cine desde el portal y la revista Filasiete, escribe con soltura y fluidez, y es capaz de sintetizar los datos desde un enfoque actual. Porque su empeño en este breve y apasionante librito es demostrar la modernidad de una pionera: por circunstancias (padre militar destinado en África y única chica en un entorno de varones) estudia el bachillerato en un colegio masculino, le añade una carrera de Química cuando la proporción de mujeres que accedían a la universidad no sobrepasaba el 15%, ejerce su profesión cuando a la mujer no se le solía permitir hacerlo y, a pesar de su entusiasmo por todo ello, es capaz de entregarlo a corto plazo cuando descubre una vocación más apasionante en el Opus Dei. Eso sí, para volver a retomarlo en su madurez y de vuelta a España, tras roturar caminos de vida interior, montar residencias y levantar una hacienda como Montefalco de promoción social femenina en México durante seis años, del 50 al 56. Siempre con una desprendimiento y una disponibilidad apabullantes, que le llevan después a Roma y Madrid en labores variopintas, directivas y de formación y promoción femeninas. Porque –como buena científica, y tomo la idea de la autora del libro- “le interesa conocer la verdad más íntima de las cosas. Y no existe otra más esencial que aquella que da respuesta al porqué y para qué de la propia vida” (p. 35).

Por fin, en abril del 2019 se edita el libro de Mercedes Montero, historiadora y profesora de periodismo, quien ya había publicado algunos artículos sobre Guadalupe y es, además autora de un libro, La conquista del espacio público. Mujeres españolas en la universidad (1910-1936) (Biblioteca Nueva, 2010). Su estudio se mueve en estos parámetros, porque la nueva beata es una mujer ligada a la Residencia de señoritas, al Lyceum y al grupo de mujeres cultas (Zenobia Camprubí, Ernestina de Champourcin – republicana exilada en México que fue su amiga y también descubrió horizontes inusitados en el Opus Dei-, María de Maeztu y tantas otras pioneras…). Se trata de una biografía en siete capítulos siguiendo el hilo cronológico cuya originalidad reside en estar entreverada con “cartas al fundador del Opus Dei”, una especia de diario de vida interior que duplica la estructura narrativa. Bien documentado, es tanto un retrato moral como una trayectoria profesional de quien destaca por su sencillez y reciedumbre a la vez, posible por la vida de infancia espiritual que progresivamente va tiñendo a Guadalupe. Al lector actual puede sorprender esa mezcla explosiva de carácter fuerte y disponibilidad en pro de “saber ser y hacer santas”, en un entorno donde había que empezar por la cultura mínima. Documento histórico también porque ilumina los primeros seis años del Opus Dei en México, por ejemplo, con esa lucha por formar a las nuevas vocaciones, en todos los niveles sociales. En las dificultades, ¡tantas! esta es una mujer “tan contenta” porque se apoya en Dios.

Beatificación de una mujer laica, normal, que ríe mucho pero en absoluto es perfecta, un buen modelo para tantas mujeres de a pie empeñadas en sacar adelante este mundo nuestro, en sí mismo y de cara a la eternidad.

María Caballero


María del RINCÓN / María Teresa ESCOBAR. Letras a un santo. Cartas de Guadalupe Ortiz de Landázuri a San Josemaría. Madrid, Letragrande, 2018. ISBN: 978-84-09-09293-2

Este libro está disponible en versión digital en el siguiente enlace.

Cristina ABAD CADENAS. La libertad de amar. Guadalupe Ortiz de Landázuri. Madrid, Palabra, 2018. ISBN: 849-06-17767

Este libro está disponible en versión digital en el siguiente enlace.

Mercedes MONTERO. En vanguardia. Guadalupe Ortiz de Landázuri 1916-1975. Madrid, Rialp, 2019. ISBN: 978-84-321-5109-5

 

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