Cuaresma. Cuarto Domingo.Ciclo A.
Las lecturas de este domingo tratan de la luz como regalo de Dios. La luz entra por la búsqueda de lo que Dios quiere, pero desea, por otra parte, la ganemos con esfuerzo y con el rechazo de lo que nos priva de ella.
En la primera lectura, Samuel sale por mandato de Dios a buscar un rey para Israel y lo encuentra en el último, David, tras conocer a todos los hijos de Jesé. En la segunda, San Pablo nos induce a buscar la luz basada en la bondad, justicia y verdad, denunciando lo injusto, abandonando las obras estériles de las tinieblas. El Evangelio presenta un ciego al que Jesús le da la vista tras una recomendación, lavarse los ojos. Solo al final de una trayectoria: vecinos, dirigentes, etc., confiesa y cree en quien le ha dado la vista.
Este mundo, creado por ciegos, está expuesto a graves errores. El engaño más importante es creernos videntes, siendo ciegos. Hay una luz capaz de penetrar sobre las cosas que nos la ofrece Dios por medio de Jesucristo. Él es la luz que prende en las concavidades de los oscurecidos ojos del hombre. La conversión sólo es posible si uno reconoce que no ve o que la visión que tiene está equivocada.
Domingo Laetare: ¡ALÉGRATE!
En este día, la Iglesia celebra el domingo Laetare, donde toda la liturgia nos invita a la alegría pascual. “La Iglesia está invitada a despertar por todas partes esperanza, especialmente donde está sofocada por condiciones existenciales difíciles, algunas veces inhumanas, donde la esperanza no respira, se sofoca. Se necesita el oxígeno del Evangelio, el soplo del Espíritu de Cristo Resucitado, que vuelva a encenderla en los corazones. El Espíritu Santo nos impulsa a salir de nuestro recinto y nos guía hasta las periferias de la humanidad”. (Papa Francisco, 14/10/2013)
En el mundo actual ocurre lo que denuncia San Juan Pablo II en (Reconciliatio et paenitentia, nº 16) hablando de las “estructuras del pecado social”: “se trata de pecados muy personales… de quien pudiendo hacer algo para evitar, eliminar, o al menos, limitar determinados males sociales, omite el hacerlo por pereza, miedo y encubrimiento, por complicidad solapada o por indiferencia; y también de quien pretende eludir la fatiga o el sacrificio, alegando supuestas razones de orden superior”.
Cristo es el camino hacia la luz, la verdad y la vida
¿Y en pos de qué corren los liberados y los puestos en pie, sino de la luz de la que han oído: Yo soy la luz del mundo: el que me sigue no camina en tinieblas? Porque el Señor abre los ojos al ciego.
Quedaremos iluminados, hermanos, si tenemos el colirio de la fe. Porque fue necesaria la saliva de Cristo mezclada con tierra para ungir al ciego de nacimiento. También nosotros hemos nacido ciegos por causa de Adán, y necesitamos que el Señor nos ilumine.
Mezcló saliva con tierra; por ello está escrito: La Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros. Mezcló saliva con tierra, pues estaba también anunciado: La verdad brota de la tierra; y Él mismo había dicho: Yo soy el camino, la verdad, y la vida.
De los Tratados de San Agustín, Obispo, sobre el Evangelio de San Juan. (Tratado 34, 8-9: CCL 36, 315-316)
Más enseñanzas de los Padres de la Iglesia: Abramos el oído y el corazón
SAN CIPRIANO: “Cuando los ricos no llevan a la Misa lo que los pobres necesitan, no celebran la Eucaristía del Señor”.
SAM AMBROSIO: “Cuando alguien roba los vestidos a un hombre, decimos que es un ladrón. ¿No debemos dar el mismo nombre a quien pudiendo vestir al desnudo no lo hace? El pan que hay en tu despensa pertenece al hambriento; el abrigo que cuelga, sin usar, en tu guardarropa pertenece a quien lo necesita; los zapatos que se están estropeando en tu armario pertenecen al descalzo; el dinero que tú acumulas pertenece a los pobres”.
SAN PEDRO CRISÓLOGO: “Quien no ayuna para el pobre engaña a Dios. El que ayuna y no distribuye lo ahorrado sino que lo guarda, demuestra que ayuna por codicia, no por Cristo. Por tanto, hermanos míos, cuando ayunemos coloquemos nuestro sustento en la mano del pobre para que ella nos guarde lo que hemos quitado a nuestro estómago”.
Vida Consagrada, vida entregada: la alegría de Servir
Sanidad, enseñanza, pobreza extrema, emigrantes sin recursos, personas en riesgo de exclusión, acogida y rehabilitación de toxicómanos, atención a mujeres en dificultad… Resulta tan imposible como injusto ceñir los ámbitos de actuación de los religiosos y religiosas en la Archidiócesis de Sevilla a un sector determinado. Por el mismo motivo, no se circunscribe la acción social de las órdenes y congregaciones religiosas a un determinado ámbito territorial, más o menos cercano a cada comunidad.
Son numerosos los centros dedicados a finalidades concretas, atendiendo a necesidades puntuales, que precisan un personal y medios adecuados. Centros que se sustentan por si solos o con la ayuda de Cáritas, parroquias, hermandades y otras instancias eclesiales.