Esa frase de la segunda carta de San Pablo a los Corintios enmarca el mensaje del papa Francisco con motivo de la celebración el 13 de noviembre de la Jornada Mundial de los Pobres. En ella nos anima a reflexionar sobre nuestro estilo de vida y sobre tantas pobrezas que sufre nuestro mundo.
En efecto, una de las razones de tantas situaciones de pobreza es la injusta distribución de los bienes. El estilo de vida del mundo desarrollado marcado por el consumismo, el despilfarro y el agotamiento de los bienes de la naturaleza, causa la pobreza de dos terceras partes de la humanidad. Como en la parábola del pobre Lázaro mientras unos banqueteamos y derrochamos sin medida, otros a la puerta mueren de hambre o enfermedad. Combatir la pobreza nos obliga hoy a revisar nuestro estilo de vida, nuestros hábitos de consumo y nuestra relación con los bienes de la naturaleza, y convertirnos a la austeridad y la solidaridad con los empobrecidos.
Como Benedicto XVI y Francisco nos recuerdan la opción preferencial por los pobres no es para los cristianos una moda o una ideología sino que tiene una raíz cristológica pues seguimos a quien “siendo rico se hizo pobre por nosotros, a fin de enriquecernos con su pobreza”.
Frente a la pobreza, como nos anima el Papa, no hagamos teorías sino pongámonos manos a la obra, pues nadie “puede sentirse exceptuado de la preocupación por los pobres y por la justicia social” (EG 201)
Mariano Pérez de Ayala
Director Caritas Diocesana