In memoriam José Enrique Ayarra Jarne
Canónigo organista de la S.I.C. de Sevilla (1961-2018)
Oficio de Lecturas, Laudes, Procesión de tercia y Misa estacional en el día de la Purísima
La festividad de la Inmaculada Concepción es una de las que con mayor solemnidad se celebran en la Catedral de Sevilla. El peso de la historia de este dogma mariano en este lugar sagrado es absoluto y las consiguientes manifestaciones de esplendor artístico a lo largo de los siglos han dejado una profunda huella en nuestro primer templo que aún permanecen plenamente perceptibles y son vividas por los fieles que se acercan a él para celebrar este gran día de Nuestra Señora.
La jornada del 8 de diciembre reviste en nuestra Catedral una solemnidad similar a la del Domingo de Resurrección y a la fiesta de la Asunción de la Virgen. A las 9,30 de la mañana comienza en el coro el canto solemne del Oficio de Lecturas con el himno Te Deum propio de los domingos y grandes fiestas, y seguidamente los Laudes, con el rico acompañamiento del órgano catedralicio, cuyas antífonas de los salmos son adornadas por preciosistas y vibrantes interludios de órgano, momentos únicos en que la maestría del canónigo organista José Enrique Ayarra, recientemente fallecido, ha brillado durante más de cinco décadas de forma excepcional.
Posteriormente el Cabildo Catedral en pleno, siguiendo idéntico ritual que el Domingo de Resurrección, acude en pleno a felicitar y recoger al Sr. Arzobispo al Palacio Arzobispal, monseñor Juan José Asenjo para acompañarle hasta la Catedral. En estos momentos también llega a la Catedral la Corporación Municipal bajo mazas, que desde antiguo participa en esta celebración. Tras revestirse los celebrantes con los ornamentos celestes, color litúrgico que desde este templo se extendió a toda España y América para esta fiesta, y los canónigos con las ricas capas pluviales bordadas del siglo XVII se inicia la tradicional procesión de tercia en la que se entonan hermosas antífonas marianas de los compositores Vitoria, Morales y García Torres, entre otros. La procesión hace estación en la Capilla Real, donde la imagen de nuestra Patrona vestida de celeste, generalmente con el manto del mismo color bordado en plata de la orden de Carlos III, acoge la recitación de la oración solemne de este prólogo a la celebración eucarística.
Finalizada la procesión comienza la Solemne Misa estacional que preside el Arzobispo y concelebran las dignidades del Cabildo Metropolitano. Las hermosas lecturas -protoevangelio del Génesis, elección por Dios de Efesios y evangelio de la Anunciación- y oraciones de la liturgia del día se adornan con las melodías de la mejor polifonía de todas las épocas, a cargo de la coral de la Catedral bajo la dirección del canónigo Maestro de Capilla Herminio González Barrionuevo.
Finaliza la solemne eucaristía con la Bendición papal cON indulgencia plenaria que imparte el prelado, en una de las tres ocasiones previstas por el ritual para las fiestas más señaladas de cada Diócesis, como es, en este caso, la solemnidad de la Inmaculada Concepción en la Catedral de Sevilla.
Isidro González