En el número 1.317 de Alfa y Omega, correspondiente a la semana del 13 al 19 de julio, aparece un artículo de Elsa González que lleva por título “La Virgen del Carmen y las tragedias del mar”. En dicho artículo nos habla de muchas e importantes cosas. Por un lado, nos recuerda la devoción que debemos profesar a la Virgen del Carmen, cuya festividad celebramos el 16 de julio, y cuyo origen se remonta al año 1.215, y es un acto de devoción importante en muchos pueblos de Andalucía. Yo tengo el privilegio de ver las actividades relacionadas con dicha advocación en la localidad marinera de Punta Umbría (Huelva) en julio y agosto, y me sigo emocionando cada año al dar a la Virgen del Carmen gracias por las gracias recibidas y pedirle por mi familia, y la sociedad en general, especialmente por los pescadores de Puta Umbría. Aprovecho para pedir en general por los hombres mujeres del mar, por las familias que dependen del mar. Desgraciadamente hay muchas tragedias asociadas al duro trabajo de la pesca, mucho sufrimiento y generosidad, no debidamente compensados económicamente. Hay también incertidumbres políticas, en relación con los acuerdos pesqueros que no siempre atienden las necesidades básicas de las familias del mar.
Pero hay más tragedias asociadas al mar. La Organización de Naciones Unidas estima, de acuerdo con el artículo citado, que al menos 26.000 personas han muerto al intentar cruzar el mar Mediterráneo, seguro que la cifra es superior ya que hay posiblemente muchas muertes no contabilizadas. Es una gran tragedia, y nos debemos preguntar ¿hacemos lo suficiente para evitarlas?
Volviendo a nuestros pescadores, Elsa González los califica como “especie en extinción” añadiendo el dato, suministrado por Organización Marítima Internacional relativo al hecho de que , en el año 2026, habrá un déficit de 50.000 marineros en todo el mundo. En España es cada vez más difícil encontrar marineros, quizás los jóvenes no encuentran lugar en un espacio que exige tanto sacrificio. Creo que es algo que los políticos deben meditar y analizar la cadena de ganancias, el flujo económico, que genera la pesca, para conseguir que sus productores básicos, el proletariado marinero, tenga las ganancias adecuadas, por justicia social, uno de los elementos esenciales de nuestra Iglesia Católica, para las generaciones actuales y, pensado bajo la óptica real de la Sostenibilidad en las generaciones futuras, que no se genere un nicho vacío en ese esencial colectivo.
Pidamos a la Virgen del Carmen, individualmente con la oración personal de cada uno, y colectivamente, que de luz a los que toman decisiones para que el trabajo del mar sea adecuadamente compensado económicamente, debidamente reconocido, y que las tragedias del mar, tanto la laboral como la que genera las migraciones forzadas por el Cambio Climático, las guerras o los intereses perversos en relación los recursos emanados de un capitalismo ambicioso y profundamente injusto.
Que la Virgen del Carmen nos transmita luz y paz a todos.
Manuel Enrique Figueroa