Lectura del santo evangelio según san Mateo (7,1-5):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No juzguéis y no os juzgarán; porque os van a juzgar como juzguéis vosotros, y la medida que uséis, la usarán con vosotros. ¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: «Déjame que te saque la mota del ojo», teniendo una viga en el tuyo? Hipócrita; sácate primero la viga del ojo; entonces verás claro y podrás sacar la mota del ojo de tu hermano.»
Comentario
No juzguéis
Estos días oímos alrededor el fragor del griterío en contra de decisiones judiciales muy controvertidas. Y he aquí que el Evangelio del día nos sale al paso con una requisitoria que contradice los planteamientos del mundo, incluso los que damos por bienintencionados. «No juzguéis y no os juzgarán». Jesús enseña a sus discípulos que el único juicio válido es el de Dios. Los hombres tendemos a pensar que la historia nos absolverá o que los abogados encontrarán un resquicio legal por el que escabullirnos del castigo tipificado en el Código Penal. Nuestras condenas son siempre parciales: nuestra justicia se fija solamente en la infracción de una norma, pero eso no nos da derecho a juzgar en su totalidad a los infractores. Ni a extraer conclusiones generales. ¿Quiénes somos nosotros para juzgar a nadie? Incluso el más abyecto delincuente recibe una mirada misericordiosa de parte de Dios mientras nuestros ojos están cegados por las vigas propias que ni siquiera vemos. «No juzguéis y no os juzgarán».