Fiel cristiano laico
* Marchena (Sevilla), 6 de marzo de 1893
† Marchena, 22 de julio de 1936
43 años
Nació el 6 de marzo de 1893 en Marchena (Sevilla)y fue bautizado al día 8 posterior en la Iglesia Parroquia de San Juan Bautista de la misma villa. Se le impuso por nombre Manuel Jesús de la Santísima Trinidad. Sus padres fueron Manuel Luque Pérez, zapatero y labrador, y Encarnación Ramos Mateo, casados el año anterior en la Parroquia de San Miguel de Marchena.
De origen humilde, durante años ejerció de recadero y Sacristán de la Capilla de Santa Clara del Convento de las Clarisas de Marchena, actividad que ejercía todavía en 1936 cuando vivía soltero con su madre, ya viuda, en las proximidades del convento. Durante la Segunda República, además de los problemas derivados de la aplicación de la legislación secularizadora y laicista general, se produjeron algunos intentos de quemar los edificios religiosos en 1932 (Iglesia de San Juan; destrucción de la Capilla Sacramental de la Parroquia de San Sebastián) y 1936 (destrucción de la Iglesia de Santo Domingo el 1 de mayo).
La sublevación militar del 18 de julio no fue secundada en Marchena. Esa misma mañana hubo un incidente durante la Misa de las religiosas: un grupo de alborotadores la interrumpió a gritos enfrentándose a ellos Manuel de tal forma que consiguió echarlos y, atrancada la puerta, prosiguió el oficio religioso. Esta actitud debió ser la causa de su detención en la Casa del Pueblo el día 19 julio junto a otras personas que, a diferencia de él, tenían una clara militancia política; en la mañana del día siguiente el número de los recluidos se incrementó con la llegada de José María Rojas Lobo al que nadie le dio razón de su detención ilegal y sin que al igual que el sacristán tuviese militancia política. Durante todo su cautiverio no cesó de reclamar que le dejasen fuera para no preocupar y poder atender a su madre. El día 20 hubo un conato de incendio en la Parroquia.
Mientras el vecindario se movilizaba y pedía ayuda a pueblos del alrededor donde había triunfado la sublevación militar a los detenidos se les sentenciaba a ser escudos humanos: serían amarrados a una silla y puestos en mitad de la calle cuando se intentase tomar Marchena. El enfrentamiento armado se produjo en la mañana del día 21 de julio cuando llegaron fuerzas militares de Écija y concluyó poco después del mediodía con la huida de los hasta entonces defensores, no sin fuerte resistencia que ocasionaron bajas en ambos contendientes. La improvisada cárcel fue una posición defensiva; a media mañana, al abandonarla precipitadamente por el avance imparable de los militares, efectuaron disparos con reiteración sobre los detenidos ocasionándoles heridas de distinta consideración, sobre todo a Rojas Lobo y Luque Ramos, aunque ambos quedaron conscientes y consiguieron salir vivos a la calle.
El sacristán de Santa Clara fue trasladado a la Casa de Socorro donde acudió su madre avisada por los vecinos. A ella le confió el deseo de perdonar a su asesino; le trasladaron al Hospital donde tras recibir los Sacramentos de Penitencia, Eucaristía y Extremaunción falleció de las heridas recibidas el día 22 de julio de 1936. Al día siguiente recibió sepultura eclesiástica en el Cementerio de San Roque de Marchena.