Martes de la 12º Semana (B)

Lectura del santo evangelio según san Mateo (7,6.12-14):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No deis lo santo a los perros, ni les echéis vuestras perlas a los cerdos; las pisotearán y luego se volverán para destrozaros. Tratad a los demás como queréis que ellos os traten; en esto consiste la Ley y los profetas. Entrad por la puerta estrecha. Ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos entran por ellos. ¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Y pocos dan con ellos.»

Comentario

Entrad por la puerta estrecha

Ante el hombre se abren dos caminos: el que lleva a la perdición y el que lleva a la vida. La Didajé, el documento catequético más antiguo que conocemos datado en el primer siglo del cristianismo, ya reafirmaba esta enseñanza evangélica que hoy propone Jesús en el Evangelio de Marcos con esa imagen bien llamativa: la puerta ancha y el camino espacioso por el que caben muchos y la puerta estrecha y la trocha angosta que lleva a la vida. Pero conviene no confundirse. No es que por la puerta estrecha quepa una selecta minoría de la que, naturalmente, nos vanagloriamos en pertenecer. Las dimensiones tienen que ver con el tránsito, que sólo es posible llevar a cabo de uno en uno y no en tropel. Tal es la exigencia de ese camino de vida que obliga a examinar nuestra propia conducta. Esa puerta es tan estrecha que no se cabe cargado de honores, riquezas y aplausos del mundo sino vestido únicamente con el traje de la humildad.

 

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