Lectura del santo evangelio según san Lucas (8,16-18):
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: «Nadie enciende un candil y lo tapa con una vasija o lo mete debajo de la cama; lo pone en el candelero para que los que entran tengan luz. Nada hay oculto que no llegue a descubrirse, nada secreto que no llegue a saberse o a hacerse público. A ver si me escucháis bien: al que tiene se le dará, al que no tiene se le quitará hasta lo que cree tener.»
Comentario
Para que vean
Imagina tu fe como un candil. Un día te encendieron el cabo de vela en el bautismo, luego se te fue ahogando con la misma cera derretida a lo mejor o tal vez volviste a prender el pabilo del cirio pascual que arde permanentemente en el encuentro personal con Cristo, tu salvador. Ya está encendida también tu luz. ¿Qué haces con ella? ¿La escondes debajo de mil caracterizaciones mundanas para que nadie vaya a sospechar tus creencias trascendentes, la ocultas bajo el descanso merecido de cada fin de semana porque no das más de ti o la pones bien alto para que los demás vean y los que entran tengan luz? Este Evangelio es una llamada a la evangelización, que no quiere decir catequesis, sino dar al mundo razón de nuestra esperanza. Por qué, a pesar de todos los pesares, estamos esperanzados y no descorazonados. Y esa llama, cuando está bien prendida, se ve desde lejos.