Miércoles de la 2ª Semana (B)

Lectura del santo evangelio según san Marcos (3,1-6):

En aquel tiempo, entró Jesús otra vez en la sinagoga, y había allí un hombre con parálisis en un brazo. Estaban al acecho, para ver si curaba en sábado y acusarlo.
Jesús le dijo al que tenía la parálisis: «Levántate y ponte ahí en medio.»
Y a ellos les preguntó: «¿Qué está permitido en sábado?, ¿hacer lo bueno o lo malo?, ¿salvarle la vida a un hombre o dejarlo morir?»
Se quedaron callados. Echando en torno una mirada de ira, y dolido de su obstinación, le dijo al hombre: «Extiende el brazo.»
Lo extendió y quedó restablecido.
En cuanto salieron de la sinagoga, los fariseos se pusieron a planear con los herodianos el modo de acabar con él.

Comentario

El bien sin calendario

“Estaban al acecho”, dice el Evangelio del día. Los fariseos querían que Jesús se columpiara, que hiciera una curación en un día prohibido, para poder echárselo en cara.
Poco les importaba el pobre hombre con el brazo encogido en medio de la sinagoga si no servía para sus propios planes. ¿A que te suena esa dureza de corazón en la que el prójimo se supedita a unos fines particulares espurios? Pero lo que no te suena es la mirada de ira que les dirige el Señor. Es duro, sí, pero porque, para Él, lo importante es la persona, sea sábado o viernes, de día o de noche. No hay fecha ni hora ni límite para hacer el bien, para procurar la sanación de alguien que lo necesita: es el bien sin calendario, sin barrera, sin miramientos que solo brota de la misericordia de Jesús, el Salvador.

Post relacionados