¿Qué podemos decir?
Han sido tres días de de confrontar opiniones, formación, encuentros con hermanos y hermanas de todos los continentes, todos bajos el mismo paraguas de la Fe, de esa Fe que recibimos un día en nuestro Bautismo y que ahora con la VOCACIÓN DE FAMILIAS, estamos viviendo como encuentro especial con Jesucristo y mostrando al mundo que la verdadera alegría se puede vivir siguiendo los pasos de nuestro Maestro a través del Evangelio.
Estos tres días de congreso se han presentado claves para vivir de la «Alegría del Evangelio«, desde la experiencia de nuestra propia vida en nuestras familias por la Fe, el Amor y la Esperanza.
Mirando a Jesús se refleja el compromiso del matrimonio en el Sacramento como un camino a la alegría de hoy. De hoy en cada una de las circunstancias familiares que nos encontremos, viviendo en paz y bienestar, en situaciones complejas, en situaciones embarazosas… En todos nuestros momentos todos los miembros de la familia debemos buscar nuestras respuestas en la vida de Jesús, que se nos ha transmitido por el Evangelio.
Los espacios de testimonios han sido diversos: jóvenes sobre sus esperanzas y sueños para el matrimonio y la familia en el tercer milenio; matrimonios que celebran sus 25, 50 y 74 años de casados; y por último, testimonios de familias cristianas en zonas en conflictos de nuestro mundo.
La Eucaristía, el eje central de cada día, se ha celebrado en el recinto principal llamado arena familiar.
Los espacios de descanso, almuerzos, y demás tentempiés, han sido variados, con diferentes food trucks con comidas para todos los gustos y poder compartir mesas y charlas con peregrinos de nuestro país y de todos los continentes, todos juntos, Cardenales, Obispos, sacerdotes, padres, abuelos, jóvenes y niños, todos formando la verdadera familia cristiana que es la Iglesia.
En estos grandes espacios no ha faltado la presencia de Nuestro Señor Jesús, en su presencia sacramental, donde en silencio todos hemos pasado a ponernos en sus manos y bajo el manto de la Virgen para que nos acompañarán en este encuentro dejando un lazo con nuestra petición.
Aún nos quedan los momentos importantes del encuentro con nuestro santo padre el papa Francisco.
Nuestra experiencia es la de llevarnos la alegría de formar Iglesia, Iglesia universal e Iglesia doméstica y ahora tenemos la necesidad y responsabilidad de llevar esta alegría del Evangelio a todas las familias de nuestra Archidiócesis.
Mari Carmen Rodríguez Gutiérrez y Rafa Muñoz Benítez.