Sin pensarlo e inmerecidamente me encontré participando en el Congreso de Laicos que se celebró en Madrid. No llevaba muchas expectativas, conocía a poca gente, pero sabía con certeza que iba a disfrutar. Volví llena, el Espíritu nunca defrauda si te entregas. Dios desea por todos los medios darnos allí, donde nuestra fragilidad es más vulnerable. Regresé renovada. Sintiéndome responsable de una vivencia que no podía estar callada. Confirmada en mi fe, una vez más. Con la alegría de comprobar cómo la fe nos hermana. Reconfortada después de unos días de un ambiente sin tensiones y rico en contenidos. Percibí rápidamente que me encontraba en un grupo de personas con gran vivencia de fe y ya mi viaje en el tren, fue una experiencia de comunión.
Resaltaría esos tres días como una triple experiencia:
1.- Supuso una experiencia de Dios.
Una experiencia de Dios personal, un ejercicio interior: el Señor me invitaba a examinar mi respuesta a tanta Gracia.
2.- Supuso una experiencia del Espíritu.
Nos vimos envueltos en una energía y fuerzas no nuestras, sino de Dios, que te hacen gritar, soltar lo que llevas dentro para anunciar sin reservas tanto bien. Impulsados a vivir por y para el Reino.
3.- Y finalmente, supuso una experiencia Eclesial.
Dios estaba en El Centro. Éramos pueblo de Dios. La fraternidad brotaba sola.
Sí, pueblo de Dios.
Su presencia se hizo notar de diversas maneras:
- En los actos comunes, en los testimonios, momentos de oración, en la celebración de la Eucaristía. Todo envuelto en un clima de serenidad, sin prisas, sin sobresaltos, con alegría
- Constatando en los talleres y las diferentes experiencias que nos brindaron los múltiples dones. Generosidad y fraternidad, creatividad y gratuidad al servicio del pobre y el indefenso, por el Reino y su extensión.
- Todos éramos uno. Distintas responsabilidades y carísimas, pero todos con una sola medalla, la que da el Espíritu.
Participé en dos procesos de acompañamiento.
1.- “ROMPE TU SILENCIO”, proyecto diocesano desde Cáritas de la diócesis de Toledo. Acompañamiento a la mujer y a sus hijos víctimas de la violencia (física, psíquica o sexual). Realizan actuaciones de carácter educativo, social, laboral, psicológico y espiritual que promuevan la estabilización de relaciones, la toma de decisiones, la desactivación de conflictos y la mejora de la calidad de vida afectada por la relación violenta. Ofrecen talleres de prevención con adolescentes para el establecimiento de relaciones basadas en la igualdad y el respeto.
Pudimos escuchar, como invitada, el testimonio de una víctima de la violencia de género. Fue un testimonio impactante.
2.- “CASA HOSPITALIDAD MAMBRE” en la diócesis de Sevilla.
Se dirige principalmente a personas migrantes que ya llevan algún tiempo en España y han sido atendidas en servicios institucionalizados en la primera acogida y apoyadas en sus necesidades más urgentes. Una vez pasada esta fase, casa Mambré les ofrece la oportunidad de desarrollar su autonomía en unas “relaciones horizontales”, en las que la persona ya no recibe un servicio. El proyecto cuenta con familias acogedoras (Comunidad CVX de Sevilla) que ofrecen, gratuita y desinteresadamente, sus bienes, tiempo e, incluso, su intimidad a personas que necesitan hospitalidad.
Resaltaría el testimonio de auténtica fraternidad.
Participé en dos procesos formativos:
1.- “LECTURA CREYENTE DE LA PALABRA”. Diócesis de Cuenca.
El proyecto de Lectura Creyente de la Biblia tiene como objetivo promover la lectura comunitaria de la Palabra de Dios (es una lectura que se hace dentro de un pequeño grupo) en clave de oración (se realiza con la metodología de la lectio divina) y orientada a la conversión.
Se trata de un proyecto diocesano en el que colabora La Casa de la Biblia a través de la orientación y el asesoramiento, la formación de los animadores de los grupos y la preparación de los materiales.
La propuesta concreta consiste en la lectura de un libro de la Biblia a lo largo de un curso, en quince sesiones. En esta lectura se combinan dos elementos:
- Lectura continuada, que nos ayuda a no perder el hilo del relato. Se trata de la lectura de un libro guiada por unas preguntas sencillas que invitan a leer el texto con atención.
- Lectio divina, que nos permite dedicar la mayor parte del tiempo de cada encuentro a leer, meditar y orar juntos un pasaje concreto de la sección que hemos trabajado en la lectura continuada.
Subrayaría, en este proceso, su carácter de comunión de vida compartido en pequeños grupos.
2.- “ TALLERES DE ORACIÓN Y VIDA”. De Ignacio Larrañaga, OFM.
Los Talleres de Oración y Vida son una nueva forma de EVANGELIZACIÓN.
Tal como su nombre indica es una semana de una fuerte experiencia de Dios en silencio y soledad. Cada día se vive una aventura en el espíritu porque se va de menos a más en la intimidad de aquel que sabemos nos ama.
Destacaría la ayuda de estos encuentros para iniciarse y profundizar en la vida de intimidad con Dios a través de la oración.
CONCLUSIÓN:
Desde mi compromiso personal y, concretamente, en mi Parroquia, es de vital importancia hacer crecer la Comunidad Parroquial, con los requisitos inherentes (participativa, abierta y con gran compromiso y vivencia de la fe) y desde ahí trabajar en la Evangelización y ser creativos en el anuncio y las necesidades de la Iglesia local y diocesana.
Sor Sonia Cosido López, religiosa Teatina