Cuando hace treinta y dos años se puso en marcha la Ruta Jacobea Idente, su impulsor, el fundador de los misioneros identes Fernando Rielo, vaticinó que se contarían por miles los peregrinos que recorrerían las etapas del Camino que él propuso, de Astorga a Santiago, deparando frutos de conversión.
Desde el día 18 de julio los integrantes de esta versión online, debida a un 2020 marcado por la pandemia, vienen constatando en su recorrido cuán cierto estaba Rielo en su predicción. En pocos días esta primera edición organizada con este moderno formato que permiten las nuevas tecnologías ha congregado a más de dos mil personas de 38 países del mundo entusiasmadas por compartir una experiencia que nunca se olvida. La demanda de participación fue tal que hubo que prolongar la fecha de inscripción unos días. No se pudo dilatar más y quedó clausurada el pasado lunes día 20 porque la Ruta estaba ya iniciada.
En el recorrido de las doce etapas que se realizan se advierten las huellas que la peregrinación idente efectuada de manera presencial dejó en algunos participantes. Los testimonios que se ofrecen revelan su calibre, ya que fueron tocados por el Espíritu Santo al punto de dar un vuelco radical a sus vidas. Son biografías reales que ponen de manifiesto de qué modo fue el beso del Padre quien les despertó de un letargo mientras su aliento se fundía con un entorno natural lleno de innegable belleza.
La grandeza de una oración comunitaria, que se mantiene fresca y viva en este peregrinaje que llevan a cabo los caminantes que efectúan la Ruta online, es una fuente en la que se detienen para saborear la bendición colegial. Son invitados a dejar penetrar en su espíritu la voz de Dios que se alza potente en cualquier espacio, y especialmente cuando se inicia un Camino de fe con el corazón dispuesto a acoger la gracia divina. Los recursos que se ofrecen son una valiosa ayuda. Porque los organizadores (miembros de la Fundación Juventud Idente) han dispuesto acertadamente el contenido de cada etapa, de la que se sale deseoso de profundizar y de conocer más de esta gran historia de amor que es la Ruta Jacobea. Un legado espiritual y cultural que sale al encuentro de cada uno.
Durante el recorrido vemos desfilar rostros de matrimonios que afianzaron su compromiso en el Camino, jóvenes que dieron su sí a Cristo mientras abrazaban al Apóstol o sentían el embrujo de un paisaje que desbordaba sus emociones trasladándoles a un infinito que les tendía los brazos; jóvenes con diversidad funcional, como María, la gaditana con síndrome de Down que hace años realizó la Ruta Jacobea Idente y ha querido compartir su experiencia llenándonos con su ternura, y, en fin, aquellos que partiendo tal vez sin una fe nítidamente vislumbrada, se dieron de bruces con ella.
Los peregrinos están teniendo ocasión de interactuar de diversos modos, y están invitados a reunirse online poniendo en común por esa vía sus experiencias. Aún no se ha llegado al ecuador de este Camino 2020 y una cascada de bendiciones impregnan personas y países.
Seguimos cubriendo las etapas que nos quedan para llegar a Compostela y allí dar el añorado abrazo al Apóstol. ¡Ultreia!
