El pasado 27 de enero se celebró en el Arzobispado de Sevilla el Encuentro de Pensamiento Cristiano, que lleva doce años celebrándose, bajo el título “La amistad social, una apuesta por la unidad desde la diversidad”, con la presidencia del Vicario General de la Diócesis D. Teodoro León, Enrique Belloso, delegado de la Delegación Diocesana de Apostolado Seglar, y la participación de dos ponentes, D. Diego García Cabello y D. Juan Carlos Blanco de la Cruz, ambos periodistas, y la coordinación dialógica de D. Joaquín López-Sáez Rodríguez-Piñero director Cadena COPE Sevilla. Los Encuentros celebrados durante doce años han mostrado siempre una importante participación social bajo la inspiración de Monseñor Juan José Asenjo, y actualmente por Monseñor José Ángel Saiz Meneses.
Se reflexionó en este Encuentro sobre las conclusiones de las XLIII Semanas Sociales de España, bajo un paraguas conceptual titulado “Regeneración de la vida pública: una llamada al bien común y a la participación”. Son cuatro conceptos esenciales para España: regeneración, vida pública, bien común y participación. Las conclusiones citadas manifiestan que “nuestras sociedades están atravesadas por un profundo individualismo que dificulta las propuestas de proyectos comunes orientados al bien común”. El compromiso católico en la vida pública, se indica, “conduce a ayudar a construir una sociedad cada vez más inclusiva que de protagonismo a la sociedad civil en la edificación de la fraternidad universal”. Recordemos el documento, esencial hoy, Fratelli Tutti escrito por el Papa Francisco. Hoy parece que sociedad civil está debilitada por diversas razones y la recuperación de su fortaleza es tarea de todos y muy especialmente de los cristianos.
En el texto base facilitado en el Encuentro se recuerda la llamada del Papa Francisco, registrada en Fratelli Tutti, a “ejercitar un diálogo persistente y corajudo” esencial para la vida pública. Es una llamada a los cristianos a implicarse en la vida pública desde la visión e inspiración que suministra nuestro Evangelio. Así en las conclusiones citadas se nos dice “Los procesos de diálogo público entre ideas encontradas y las experiencias de amistad social entre personas con diferencias ideológicas, culturales o religiosas son parte del compromiso irrenunciable con la vida pública”. De nuevo se nos recuerda la llamada del Papa Francisco para acabar con la cultura del descarte que fractura la sociedad. Es increíble que con la pandemia los ricos sean más ricos y los pobres más pobres.
En las Conclusiones, recordadas en el Encuentro, se nos recuerda que la presencia de los cristianos, ejerciendo como tales con el Evangelio por bandera, en el mundo de la política es escasa. La participación de los cristianos en la vida pública es esencial aportando unos principios esenciales basados en el Evangelio. Una conclusión de las Conclusiones citadas es poner de manifiesto la importancia del acompañamiento personal y comunitaria a las vocaciones políticas se constituye como un reto. Otra idea importante recordada es “el compromiso en la vida pública nos llama a reconocer, aprender y colaborar con la creciente, aunque insuficiente, conciencia de interdependencia global”. El Papa Francisco nos ha hablado en diferentes ocasiones en sus escritos de que todo está relacionado. La existencia de los muy ricos está relacionada, muchas veces, con la de los muy pobres, en un mundo globalizado donde la meta es crecer y poseer. En las Conclusiones de la XLIII Semanas Sociales de España se hace un llamamiento a todos los cristianos y cristianas a “comprometerse en los diversos escenarios de la vida pública” y se incide en ello con un hermoso pensamiento: “El mundo en el que nos movemos necesita personas que, alimentados desde la Parábola del Buen Samaritano, sean capaces de pararse a los bordes de los caminos y compasivamente comprometerse en la construcción del bien común desde la vida pública”. Es muy clara la idea, pararse en los bordes de los caminos con la determinación del Buen Samaritano. Hay muchos bordes de camino en nuestra vida diaria, ¿Somos conscientes de ello? La parábola del Buen Samaritano es una de las más bellas del Evangelio y, con seguridad, una de las más aplicables a la sociedad de hoy, al mundo que estamos construyendo.
- Diego García Cabello nos recordó que existe hoy en nuestra sociedad una pérdida del sentido colectivo de pertenencia y que el diálogo, como pieza de avance social, pasa por una mayor empatía, con el fin de materializar una acción política por los más débiles. D. Juan Carlos Blanco reivindicó el ejercicio de la política desde el compromiso y en relación con los cristianos recordó el bagaje que implica tener dos mil años de valores cristianos. Doña Isabel Cuenca, de Justicia y Paz, recordó una idea del Papa Francisco “somos Iglesia peregrina donde caminamos juntos hacia el Reino de los Cielos iluminados por el Espíritu Santo”.
- Joaquín López-Sáez Rodríguez-Piñero resumió las ideas esenciales del Encuentro: Construir una sociedad inclusiva, la importancia de la aportación del bagaje de los cristianos, promover la vocación al espacio público, la importancia de los espacios de encuentro entre religiones, la relevancia del buen uso del mundo digital y la obligada opción por los más pobres.
- Teodoro León, Vicario General, recordó que las Encíclicas dicen que el instrumento es el Evangelio, es decir asimilar el Evangelio como instrumento en la acción diaria y en la acción política en relación con políticos cristiano. El Evangelio es el verdadero instrumento transformador para lograr una sociedad donde el Bien Común y la Fraternidad Universal sean una realidad, una realidad irrenunciable.
La amistad social necesita la implicación necesaria de agentes, individuales y comunitarios, a escalas distintas. Es cierto que algunos ven debilitada la vida pública y por ello necesitada de recuperación, eliminado evidentes desafecciones y para ello el compromiso cristiano es hoy imprescindible.