El pasado 8 de junio Monseñor Juan José Asenjo Pelegrina, Arzobispo de Sevilla, publico una carta Pastoral con el título Cuidar la Creación. Considero el documento valiente, oportuno y correcto en sus apreciaciones científicas. Es muy loable que la Iglesia siga preocupándose por la Casa Común, nuestro medio ambiente. El papa Francisco ha mostrado un camino que nuestros Obispos están siguiendo con atención y generosidad desde el discernimiento evangélico. Agradezco la cesión de la foto que acompaña al comentario por parte de Mari Cruz Díaz Barradas.
Como científico y como católico le doy a nuestro Arzobispo la enhorabuena por su decidida Carta Pastoral, coincidente con el Día Mundial del Medio Ambiente y precursora de la deseada Encíclica del papa Francisco sobre la Ecología del Mundo. Destacar del contenido de la Carta Pastoral, que todos los católicos y los no católicos deben leer, la atinada reflexión sobre Sostenibilidad inspirada por dos importante hitos, que referencia Monseñor Asenjo, como son el informe Nuestro Futuro Común, más conocido como Informe Brundtland de 1987 de la Comisión Mundial para el Medio Ambiente y el Desarrollo, y la Carta de la Tierra (1997), código ético para la sostenibilidad promovido por Naciones Unidas, que establece cuatro principios básicos: respeto y cuidado de la vida, integridad ecológica, justicia social y económica, y democracia, no violencia y paz.
Se realiza en la Carta Pastoral una exposición de algunos de los graves problemas que atravesamos: más de 1000 millones de personas viven en la más absoluta pobreza, sin comida, sin agua potable y sin ninguna posibilidad de acceso a la educación y alcanzar niveles de vida dignos; el cambio climático, que tiene consecuencias muy graves, especialmente para los más pobres; la crisis del agua, a la que no todos pueden acceder; la carencia de alimentos y el subdesarrollo de la agricultura en amplias zonas del planeta; la disminución de la capa de ozono; la pérdida de la biodiversidad; el aumento de la concentración de metales pesados; las migraciones ambientales forzadas y el incremento de las desigualdades.
Finalmente nos invita Monseñor Asenjo a reflexionar sobre la idea de que todos los seres humanos, y mucho más los cristianos, por motivos religiosos, por un deber de equidad y justicia, por respeto a Dios creador, que crea un mundo bueno para todos sus hijos, debemos comprometernos con la sostenibilidad de nuestro planeta, cada uno según sus posibilidades y responsabilidades, contribuyendo a conservar la maravillosa sinfonía de la creación, que canta la gloria de Dios.