El Día de la Madre se celebra en diferentes fechas en los distintos países del mundo. En España, el Día de la Madre se estableció el primer domingo del mes de mayo desde el año 1965. Anteriormente, el día de la festividad de todas las madres era el 8 de diciembre, coincidiendo con la celebración de la Inmaculada Concepción de María. Todo parece indicar que el traslado de fecha tuvo un origen comercial. El objetivo de la festividad es rendir un justo homenaje a las madres y agradecerles todo el esfuerzo inmenso que han hecho y siguen haciendo por sus hijos y por el conjunto de la familia cada día en el transcurso de sus vidas. Hay países que celebran juntos el homenaje a ambos progenitores, estableciendo el Día de los Padres. También hay países que hacen coincidir el Día de la Madre con el Día Internacional de la Mujer. En España lo tenemos todo separado y me parece correcto, porque las tres efemérides precisan un claro reconocimiento.
El anterior Día de la Madre, correspondiente al año 2020, fue especial debido a las consecuencias de la sindemia debida a la COVID-19 que padecíamos, y seguimos padeciendo todavía en este año 2021. Las madres se hicieron cargo de muchas responsabilidades y quehaceres por encima de los normales que desarrollan. En tiempos de crisis, incertidumbres y desasosiegos de diversos tipos, las madres sufren mucho, tanto por el hecho de ser madres como por ser mujer. La capacidad de empatía, y también de altruismo, de la mujer está fuera de duda, de ahí su capacidad natural, espontánea por evolutiva, de generar cuidados y afectos. La mujer sufre más en tiempos oscuros por muchos motivos, por ello, las madres por doble causa.
La pandemia, más bien calificable como sindemia, porque causa más daño a los desfavorecidos, considero que ha llevado al límite del amor el papel de la madre en la familia. Resulta absolutamente inadmisible las madres que han muerto en residencias de mayores, aisladas mucho tiempo, solas. Las migraciones que vemos cada día en los medios de comunicación, generadas por problemas ambientales, por guerras (alimentadas por los países que venden armas a los escenarios en conflicto), por explotación ambiciosa de recursos esenciales para el primer mundo, muestran la situación de las familias, y con ello de las madres, que el único pecado ha sido nacer en el sitio equivocado de un planeta que necesita un cambio radical.
En nuestro país también hay problemas. Pongamos un ejemplo, tenemos el paro juvenil más alto de la Unión Europea, un 44 %, el doble del segundo país (Portugal) en este desgraciado ranking, ¿cuánto sufren las madres por ello? Hay más motivos de sufrimiento para las madres en España y no podemos mirar para otro lado. ¿Cuánto han sufrido las madres de España la violencia de género durante el tiempo de la sindemia? Las colas del hambre nos han mostrado familias enteras a la espera de lo mínimo para vivir, y allí estaban también las madres. No queremos olvidar a las madres de España que cuidan y educan solas, por distintos motivos, a sus hijos e hijas. Todo un ejemplo de fortaleza, de capacidad de cuidar, de amor, a veces en situaciones sociales y educativas extremas.
El Papa Francisco en su Exhortación Apostólica Amoris Laetitia Sobre el amor en la familia, nos habla de la alegría del amor que vive en las familias. Y manifiesta el Papa: La madre, que ampara al niño, con su ternura y compasión, le ayuda a despertar la confianza, a experimentar que el mundo es un lugar bueno que lo recibe, y esto permite desarrollar una autoestima que favorece la capacidad de intimidad y la empatía. Tiene el Papa otro pensamiento esencial: Sólo el amor nos salva. Y de ello, saben muchos las madres. Para los católicos, el mes de mayo es el mes de María, la Madre universal, como expresa el Papa Francisco en su libro Ave María, una madre de cuyo amor participan todas las madres irradiando bienes a la familia, dedicación total, premura, a cada hijo y cada hija, un corazón que late por todos. Los católicos tienen especiales detalles (un Ave María, un Rosario, una romería, un pensamiento) en el mes de mayo por María, proyectemos también muchos detalles este mes y el resto de los meses en las madres de nuestras familias.
Hay muchos motivos por los que celebrar el Día de la Madre. Afortunadamente hay madres que viven en paz, felices y sin sufrimiento. Demos las gracias a todas por ser sostén de la sociedad en diferentes ámbitos. Pensemos en nuestras madres, aunque ya no estén con nosotros, y demos gracias por la vida que nos dieron, y las vivencias que tuvimos con ellas, y por lo mucho que nos aportaron. En nuestra familia, demos también las gracias por la presencia vivificadora de la madre, esencial figura, que nos transmite de forma natural el amor, la empatía, y la capacidad de cuidar que necesita el mundo.