Seguimos comentando el Mensaje del Papa Francisco para la Jornada Mundial de la Paz 2019, de 1 de enero. Aprovechamos también para desea a nuestros seguidores un muy feliz año 2019. La segunda frase articuladora del mensaje del Papa nos plantea el desafío en el mundo de hoy de llevar a cabo una buena política. La idea es aplicable de nuevo a diferentes niveles, desde lo local a lo global. El problema que tenemos hoy es que cuanto mayor es el ámbito de un ente político menos poder transformador de realidades tiene. Pesemos en la Organización de Naciones Unidas. Pero si tiene mucha importancia la buena política a nivel municipal, autonómico o nacional. La pregunta es ¿Qué es una buena política? La respuesta sencilla es aquella política que vela por los ciudadanos especialmente los más necesitados.
Nos dice el Papa Francisco que la búsqueda de poder a cualquier precio lleva al abuso y a la injusticia. Lo vemos a todos los niveles y a escala mundial es hoy escandaloso. La venta de armas y la expoliación de recursos están relacionadas con las migraciones. Es muy claro el Papa cuando dice: La política es un vehículo fundamental para edificar la ciudadanía y la actividad del hombre, pero cuando aquellos que se dedican a ella no la viven como un servicio a la comunidad humana, puede convertirse en un instrumento de opresión, marginación e incluso de destrucción.
Para el Papa Francisco la función y la responsabilidad política constituyen un desafío permanente para todos los que reciben el mandato de servir a su país, de proteger a cuantos viven en él y de trabajar a fin de crear las condiciones para un futuro digno y justo. La política, si se lleva a cabo en el respeto fundamental de la vida, la libertad y la dignidad de las personas, puede convertirse verdaderamente en una forma eminente de la caridad.
Los políticos deberían leer y meditar el mensaje del Papa Francisco y pensar si la política que llevan a cabo es una buena política. La buena política es cercana a la caridad, es decir, al amor.