En su Exhortación Apostólica La Alegría del Evangelio (Evangelii Gaudium), el Papa Francisco nos dice que "la alegría llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Nuestro Papa nos invita a todos a "una nueva etapa de evangelización marcada por esa alegría, que se renueva y comunica". La cruz con flores como símbolo de esperanza y la alegría como camino, en comunión con todos, amigos, familiares, vecinos.
Quiero hacer aquí una llamada a la lectura de La Alegría del Evangelio por parte de todos los cristianos. No nos conformemos solo con referencias que nos hagan de dicho documento, penetremos en él, leámoslo, que nos impregne su mensaje. Lúcido y necesario mensaje de Francisco para la sociedad actual, para un mundo en profunda crisis.
Y no solo eso. Fomentemos su lectura entre nuestros amigos y familiares, da igual sus creencias. Mejor si acercamos La Alegría del Evangelio a los que no creen, a los que dudan, a los alejados. Recomendemos este mensaje de esperanza especialmente a los jóvenes.
Nos dice Francisco que "nos volquemos en las periferias", y hay muchos tipos de periferias. En su reciente Homilía en la celebración del nombramiento de los nuevos Cardenales, Francisco nos dice que "no seamos una casta alejada de la realidad, de los pobres, de los alejados, de los que se encuentran perdidos".
El gran riesgo del mundo actual, nos dice Francisco, "con su múltiple y abrumadora oferta de consumo, es una tristeza individualista que brota del corazón cómodo y avaro, de la conciencia aislada". Hagamos caso al Papa Francisco y no seamos una casta aislada.