Seguimos hablando de las esenciales obras de Misericordia de la Iglesia Católica, que son una forma de llevar el amor de Dios a la vida diaria. El concepto de geopolítica para mí no tiene escala. Si bien se emplea siempre a escala regional o planetaria, su sentido es espacial; por ello podría aplicarse a otras escalas. Por ejemplo a nivel urbano. Muchas personas en el planeta, en nuestro mundo, pasan hambre. En las ciudades también, solo hay que ver los datos de Cáritas en esta nuestra España que dicen ya sale de la crisis. A nivel de geopolítica mundial tres temas son lacerantes: guerras, sed y hambre. En esta ocasión hablaremos del hambre.
El Pontificio Consejo «Justicia y Paz» ha publicado en 2016 un informe esencial, bajo el nombre de Tierra y Alimento. Recomendamos de forma viva su lectura. Nos recuerda el documento las palabras del Papa Francisco en su discurso ante la FAO en ocasión del II Conferencia Internacional sobre la Nutrición, el 20 de noviembre de 2014: «hay pocos temas sobre los que se esgrimen tantos sofismas como los que se dicen sobre el hambre; pocos asuntos tan susceptibles de ser manipulados por los datos, las estadísticas, las exigencias de seguridad nacional, la corrupción o un reclamo lastimero a la crisis económica». Son palabras profundas y certeras que deberían ir a lo más profundo de los poderosos que controlan el mundo para su interés.
Inicia dicho documento un prólogo que firman Peter K.A. Cardenal Turkson y Mario Toso; su lectura es tan esencial como la del documento completo. Se dice, en el prólogo, que el título de la obra encierra dos realidades: «tierra» y «alimento». La primera se refiere a la organización de la producción y el uso de los recursos; la segunda, a la distribución y los estilos de vida. En el prólogo se nos recuerda que, en la perspectiva de la Doctrina social de la Iglesia, el derecho a los alimentos es un derecho humano fundamental, intrínsecamente relacionado con el derecho a la vida, a disponer de los medios esenciales y suficiente para un nivel de vida digno. La «tierra» y el «alimento» requieren, son palabras que cierran el prólogo, una conciencia global y un esfuerzo común. Volveremos sobre este esencial documento en el mundo de hoy que pasa tanta hambre ante la pasividad de unos y el derroche de comida de otros.