Entre el Domingo de Ramos y el Domingo de Resurrección nuestras miradas pueden ser muy diferentes al observar el transcurso de nuestra Semana Santa a través de los pasos de nuestras Hermandades y Cofradías. Nos decía D. Juan José Asenjo Pelegrina, Arzobispo de Sevilla en el número 151 de la revista Iglesia en Sevilla, refiriéndose a la Semana Santa, que a lo largo de estos día vamos a vivir una vez más lo acontecimientos redentores, la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor, la más grande historia de amor que no ha perdido actualidad porque todavía vivimos de su frutos saludables. Cuando miramos los pasos de Semana Santa podemos ver lo que nos dice D. Juan José Asenjo, los acontecimientos redentores, una gran historia de amor, un historia de perdón, gratitud y caridad, de esperanza, de encuentro, un mensaje vivificante que salva al mundo si lo llevamos a la práctica individualmente y comunitariamente. Un mensaje salvador para el mundo.
La Semana Santa, nos dice también D. Juan José Asenjo Pelegrina, en el mismo número de la revista Iglesia en Sevilla, termina con la solemnidad de la Resurrección del Señor. Jesucristo, la luz verdadera que alumbra que pareció oscurecerse en el Calvario alumbra hoy con nuevo fulgor disipando las tinieblas del mundo. Sería una maravilla que el mensaje de Jesús de Nazaret, contenido en el Evangelio, y resumido en el paisaje de amor y esperanza de la Semana Santa fuese comprendido por la humanidad para poder alcanzar un mundo sin sufrimiento.
Los distintos pasos que vemos esta Semana Santa soportan varias miradas. Desde la mirada que aprecia el arte y la fuerza plástica de nuestras procesiones, la mirada de la tradición familiar y una cultura popular firmemente arraigada, enraizada en cada barrio, a la mirada de la Fe, la Esperanza y la Caridad, que emana de las imágenes. Jesús entra triunfante en Jerusalén, Jesús comparte el Pan y el Vino, Jesús esta solo en Monte de los Olivos, Jesús es juzgado, Jesús es crucificado, Jesús muere junto a su madre que sufre junto a su hijo en el Gólgota, Jesús resucita. Estos hechos, resumidos, los vemos en nuestro pasos y los miramos con diferentes miradas. La mirada más importante es la que nos suscita amor, en definitiva el mensaje más importante de Jesús es un mensaje de amor, un amor inmenso que nos debe impregnar a todos en cada momento. Un amor de todos y con todos. Un amor que lleva siempre al perdón y al encuentro, no al distanciamiento. Sólo ese camino, que nos muestra Jesús, salvará al mundo y a cada uno de nosotros con nuestro entorno, con nuestra familia y nuestros amigos. La Semana Santa es un tiempo perfecto para encontrarnos y reforzar nuestros afectos, impulsados la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor. Por eso nos emocionamos al mirar la imágenes, como esas mujeres, en la foto que acompaña a este texto, que miran, individual y comunitariamente, llenas de amor a los suyos y a todos, un precioso paso de nuestra Semana Santa en una ventana de Sevilla.