El Papa Francisco en su Encíclica sobre el Cuidado de la Casa Común nos dice que no nos servirá de nada describir los síntomas de la crisis global que padecemos, que genera sufrimiento y atenta contra lo más frágil del planeta, los pobres y el medio ambiente si no reconocemos su raíz humana. La humanidad ha ingresado una nueva era, que podríamos llamar el tecnoceno, en la que el poderío tecnológico nos pone en una encrucijada, de acuerdo con el Papa.
La tecnociencia bien orientada puede producir cosas realmente valiosas para mejorar la calidad de vida del ser humano, pero no podemos olvidar que la tecnología de un inmenso poder a quien la controla, poseyendo conocimiento y poder económico, dando a un dominio impresionante sobre el conjunto de la humanidad y del mundo entero.
Nunca la humanidad tuvo tanto poder, reflexiona el Papa en la Encíclica, sobre sí misma y nada garantiza que vaya a utilizarlo bien, sobre todo si se considera el modo como lo está haciendo. Se cuestiona el Papa: ¿en manos de quiénes está y puede llegar a estar tanto poder? Para el pontífice representa un tremendo riesgo que resida en una pequeña parte de la humanidad. En cada página de la Encíclica Laudato Si’ hay profundas reflexiones que deberían hacernos pensar.