Hemos pasado la Semana Santa y estamos en el tiempo entre el Domingo de Resurrección y Pentecostés, dos momentos esenciales de nuestro credo. El Domingo de Resurrección nos dio el Resucitado, con todo lo que significa. Pentecostés, que celebramos cincuenta días después de la Pascua, es una epifanía que celebra la venida del Espíritu Santo. Para los cristianos, es la conmemoración del descenso del Espíritu Santo sobre los Apóstoles de Jesucristo, marcando el nacimiento de la Iglesia. Desde el Domingo de Ramos hemos recorrido con Jesús los caminos que él transitó en su Pasión en la ciudad de Jerusalén. No queríamos pasar esta semana sin poner el énfasis en el significado para los creyentes de la espera del Espíritu Santo, cuya luz nos ilumina en cada momento. Sin embargo, el énfasis de esta contribución al blog va en otro sentido. Siempre nos ha interesado pensar en los paisajes que vio Jesús, recorriendo diferentes caminos, desde su infancia hasta el inicio de vida pública. Poco sabemos de su infancia y adolescencia, pero sí tenemos muchos detalles de los recorridos que hizo en su vida pública, anunciando el Reino y haciendo milagros.
El padre de mi mujer Teresa, Juan Luque Estévez, era profundamente religioso, estudió Teología y tenía una buena biblioteca de textos cristianos. Las conversaciones con él nos llenaban a todos de fe, esperanza y caridad. Un apartado de la biblioteca eran los libros que explicaban los caminos que recorrió Jesús, y también textos de carácter más geográfico de aquella época. Su visión me hizo leer el Evangelio de otra manera, quizás más paisajística y ecológica, le doy las gracias por ello. Ahora tengo el privilegio de poseer una gran parte de esos libros. En esta contribución quiero trasladaros algunos textos esenciales para que podáis leer el Evangelio y tener una visión paisajística de los que veía Jesús en sus recorridos por los caminos que transitó.
Hay dos libros, que son muy interesantes y quizás también desconocidos para muchas personas interesadas en el tema. Uno se llama Itinerarios de Jesús, escrito por P. Remigio Vilariño S.J., con dibujos de mapas de P. Ramón Gaviña S.J., el libro data de 1953. En sus 45 páginas es muy rico en información y merece la pena leerlo, para entender donde habló y realizó milagros Jesús en cada momento de su Vida Pública a lo largo de Palestina.
El otro texto que deseamos compartir con vosotros es Lugares y viajes de Cristo en el Evangelio. El autor es D. Juan Quetglas y data de 1939. Otro magnífico texto con buenos mapas muy ilustradores. A estos textos les tengo especial aprecio, porque D. Juan Luque Estévez los apreciaba mucho. Otros libros, también útiles para el fin que perseguimos, como conocer los caminos y los paisajes que veía Jesús, y que el padre de mi esposa Teresa me regaló en diversas ocasiones son: Atlas Bíblico (1983) de Ediciones Paulinas; Para leer el Nuevo Testamento, de Etienne Charpentier, editado por Verbo Divino en 1984; y, finalmente, Biblia para la Educación Cristiana 2 Nuevo Testamento, de 1977, Editorial Edice.
Recomendamos que busquéis y disfrutéis con los dos primeros textos que os hemos sugerido: Itinerarios de Jesús y Lugares y viajes de Cristo en el Evangelio. Finalmente, otra recomendación, Los caminos de Jesucristo, de P. Remigio Vilariño, todo un lujo de descripción y relato de los recorridos de Jesús. Esperamos, para los que no conocierais estos textos, haberos abierto un nuevo camino de lectura e investigación sobre los paisajes y caminos que se vio Jesús y, de este manera, podáis añadir una visión espacial al relato evangélico.