La Carta Encíclica Laudato Si´ Sobre el cuidado de la casa común del Papa Francisco, de la que se cumplen ahora cinco años, se vertebra en una serie de ejes: La íntima relación entre los pobres y la fragilidad del planeta; la convicción de que en el mundo todo está conectado; la crítica al nuevo paradigma y a las formas de poder que derivan de la tecnología; la invitación a buscar otros modelos de entender la economía y el progreso, así como el valor propio de cada criatura; el sentido humano de la Ecología, la necesidad de debates sinceros y honestos; la grave responsabilidad de la política internacional y local; la cultura del descarte; y la propuesta de un nuevo estilo de vida.
El Papa Francisco plantea una cuestión muy clara e injusta, como es la íntima relación entre los pobres y la fragilidad del planeta. El planeta es un sistema que muestra una resiliencia natural pero el impacto humano es demasiado intenso, y eso vuelve frágil a nuestra casa común, el planeta Tierra. Las transformaciones a las sometemos el planeta y sus procesos naturales cambian el funcionamiento natural del mismo, pensemos en el clima, y esto incide especialmente en los más pobres del planeta. También manifiesta el pontífice la convicción de que en el mundo todo está conectado. Este es un principio sólido de la Ecología y el Papa Francisco la desarrolla no solo en el plano de los procesos naturales del planeta sino también en los aspectos sociales de la humanidad, en sus implicaciones económicas. ¿Para que haya personas muy ricas es necesario que haya muchos pobres? Si esta aseveración es verdad algo no funciona. ¿Por qué hay seres humanos tan egoístas que generan el mal para muchos? Cada uno piense en la respuesta que le dicta su corazón y su entendimiento, pero lo que es claro es el camino que marca la Carta Encíclica.
El Papa Francisco expresa una crítica al nuevo paradigma, el crecimiento continuo pasa lo que pase y cueste lo que cueste, con muchos descartados en el camino, con mucho sufrimiento, y a las formas de poder que derivan de la tecnología, un mal uso de la tecnología llamada a satisfacer nuestras necesidades pero en manos de desalmados e inversores sin escrúpulos que no tienen límites éticos o morales, con tal de satisfacer sus ansias de poder, dominio o riqueza. La tecnología es buena, nos ha traídos muchas facilidades, pero en manos equivocadas es un peligro para el planeta y la humanidad. Por eso el Papa Francisco establece este eje vertebrador de la Carta Encíclica.
Otra cuestión vertebradora del Papa en la construcción del documento es la invitación a buscar otros modelos de entender la economía y el progreso, así como el valor propio de cada criatura. Ya en la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium el Papa Francisco, como un anticipo a la Laudato Si´ nos planteaba el papel de la economía y la necesidad urgente de realizar cambios en la forma de plantearla. La globalización neoliberal a la que hemos sometido la humanidad genera demasiadas diferencias y numerosos descartes. Una economía que mata y un progreso que solo favorece a minorías, La visión de la Ecología y su papel del Papa Francisco se alinea con los puntos de vista más progresistas. Toda una lección.
El Papa busca un sentido humano a la Ecología y plantea la necesidad de debates sinceros y honestos. La Ecología como ciencia biológica tiene que tener presente en todos sus planteamientos al ser humano junto con el resto de los eres de la Biosfera. Los debates científicos y políticos deben ser sinceros y honestos. Esta honestidad a veces falta por sentimientos egoístas e intereses sombríos, alejados del bien de la persona sin olvidar el sentido ético de las relaciones con los otros seres vivos ya que formamos parte de la Creación. Pide el Papa Francisco atención a la grave responsabilidad de la política internacional y local. Los dos niveles son esenciales. A nivel local la responsabilidad municipal y autonómica en España es muy grande; hay mucho que hacer desde el conocimiento y la responsabilidad para el bien común. A escala nacional el tema es idéntico: conocimiento, responsabilidad y ética; nadie se puede quedar atrás. A escala internacional hay importantes intentos, por ejemplo los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Organización de las Naciones Unidas. Constituyen una propuesta de medidas de gran trascendencia aplicables a escalas distintas, desde la nacional (o supranacional, por ejemplo la Unión Europea) a la municipal. Todo un deseable desafío pero que no plantea obligaciones con lo cual puede estar condenado a no alcanzar todas sus metas, hasta el año 2030, como pasó con los Objetivos del Milenio del año 2000. Buenas intenciones sobre el papel pero insuficiente desarrollo de las mismas.
La cultura del descarte está bien implantada en el mundo, países descartados y dentro de ellos ciudadanos descartados, ciudades en marcha con un claro incremento de ciudadanos descartados, invisibles, En los últimos tiempos estamos viviendo la realidad del racismo sistémico. Muchas mujeres invisibles en el mundo. Ante esta situación global en el mundo el Papa Francisco propone un nuevo estilo de vida. Hace cinco años de la Encíclica, si se hubiesen llevado a la práctica las propuestas de la Encíclica seguro que el mundo sería mejor, habría más equidad y justicia. ¿Seremos capaces de hacer que el modelo de vida que propone el Papa Francisco en su Encíclica se imponga en el mundo? ¿Qué podemos hacer cada uno al respecto?