Lectura del santo evangelio según Lucas (2,16-21)
En aquel tiempo, los pastores fueron corriendo hacia Belén y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que se les había dicho de aquel niño.
Todos los que lo oían se admiraban de lo que les habían dicho los pastores. María, por su parte, conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón.
Y se volvieron los pastores dando gloria y alabanza a Dios por todo lo que habían oído y visto, conforme a lo que se les había dicho.
Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidar al niño, le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su concepción.
Comentario
Encontraron a María y a José y al Niño
Los pastores, esos descartados del pueblo de Israel, son los primeros en recibir la buena noticia. Y su actitud refleja un entusiasta recibimiento: corren hacia Belén para encontrarse con el Señor y luego lo cuentan a los demás que no han podido encontrarse con Jesús de manera admirable. El evangelista contrapone este primer anuncio lleno de candor y efusión al recogimiento con que María, cuya solemnidad celebra la Iglesia al inaugurarse el año civil, acoge todas estas cosas, «meditándolas en su corazón». Son las dos actitudes que se piden al creyente: su celo apostólico para llevar la buena nueva a todos los rincones después de haberla acogido -acunado, podríamos decir- en su interior, allí donde aguarda el encuentro entre la criatura y su Creador.