Lectura del santo evangelio según san Juan (14,6-14):
En aquel tiempo, dijo Jesús a Tomás: «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí. Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto.»
Felipe le dice: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta.»
Jesús le replica: «Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: «Muéstranos al Padre»? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, hace sus obras, Creedme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mí. Si no, creed a las obras. Os lo aseguro: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores. Porque yo me voy al Padre; y lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré.»
Comentario
Yo estoy en el Padre
Jesús enseña a sus discípulos la triada de su esencia: Camino, Verdad y Vida. El Evangelio no lo escribe con mayúsculas, pero a nosotros conviene resaltarlo para que no nos quepan dudas de que Jesucristo es el Camino para ir al Padre, es la Verdad que resplandece y la Vida que plenifica. Hijo y Padre son un mismo Dios en comunión con el Espíritu Santo. Pero a nosotros, como a Felipe, nos cuesta entenderlo. Porque nosotros también llevamos muchos años llamándonos cristianos, siguiendo a Cristo, pero sin comprender del todo que el Padre y el Hijo son uno. «Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia», dice abiertamente para que no quepan dudas, para que no quepan dudas de la naturaleza divina encarnada. Jesús lanza una advertencia, casi implorando: si no me creéis a mí, creed a las obras.