Lectura del santo evangelio según san Juan (16,29-33):
EN aquel tiempo, los discípulos dijeron a Jesús:
«Ahora sí que hablas claro y no usas comparaciones. Ahora vemos que lo sabes todo y no necesitas que te pregunten; por ello creemos que has salido de Dios».
Les contestó Jesús:
«¿Ahora creéis? Pues mirad: está para llegar la hora, mejor, ya ha llegado, en que os disperséis cada cual por su lado y a mí me dejéis solo. Pero no estoy solo, porque está conmigo el Padre. Os he hablado de esto, para que encontréis la paz en mí. En el mundo tendréis luchas; pero tened valor: yo he vencido al mundo».
Comentario
He vencido al mundo
A los apóstoles les encantaba cuando comprendían lo que quería decirles Jesús. Y eso que les hablaba en persona, cara a cara. Nosotros tenemos que hacer un ejercicio de oración, invocando al Espíritu Santo para comprender lo que nos quiere revelar la Palabra, transmitida con toda fidelidad por la Iglesia durante dos mil años. Pero una cosa ha de quedarnos clara del Evangelio de la jornada: Jesucristo ha vencido al mundo. Y en todas las luchas -grandes o pequeñas, colectivas o individuales- en que nos afanamos de continuo en nuestro día a día sólo es posible encontrar la paz en quien ha vencido al mundo. A la carne y al demonio, cabría añadir. Sin la paz que emana de quien «muerto el que es la Vida, triunfante se levanta» como recitamos en la secuencia de Pascua, todas las batallas de este mundo las tenemos perdidas de antemano. Sólo en Él es posible la paz sin contienda, la victoria sin derrota.