Lectura del santo evangelio según San Mateo (5, 20-26)
Porque os digo que si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.
Habéis oído que se dijo a los antiguos: “No matarás”, y el que mate será reo de juicio. Pero yo os digo: todo el que se deja llevar de la cólera contra su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano «imbécil», tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama «necio», merece la condena de la gehenna del fuego. Por tanto, si cuando vas a presentar tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda. Con el que te pone pleito procura arreglarte enseguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. En verdad te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último céntimo.
Comentario
Vete primero a reconciliarte con tu hermano
Ayer rematábamos este breve comentario con el resumen cristiano de la Ley y los Profetas mosaica que significa el mandamiento del amor a Dios y al prójimo. El Evangelio de hoy -primer viernes de Cuaresma y de marzo, de tan honda devoción en nuestras ciudades y pueblos- abunda en esta doble vertiente: es indisociable el amor a Dios y el de los hermanos. Resulta imposible ofrendar la vida en el culto agradable a Dios si esa ofrenda no lleva, al menos, una semilla de reconciliación. Sin el perdón, todo resulta vano. Sin la misericordia para con el prójimo, todo parece una representación impropia.