XIV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO (B

Lectura del santo Evangelio según san Marcos (6, 1-6)

Saliendo de allí se dirigió a su ciudad y lo seguían sus discípulos. Cuando llegó el sábado, empezó a enseñar en la sinagoga; la multitud que lo oía se preguntaba asombrada: «¿De dónde saca todo eso? ¿Qué sabiduría es esa que le ha sido dada? ¿Y esos milagros que realizan sus manos? ¿No es este el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago y José y Judas y Simón? Y sus hermanas ¿no viven con nosotros aquí?». Y se escandalizaban a cuenta de él.

Les decía: «No desprecian a un profeta más que en su tierra, entre sus parientes y en su casa». No pudo hacer allí ningún milagro, solo curó algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y se admiraba de su falta de fe.

Y recorría los pueblos de alrededor enseñando.

No desprecian a un profeta más que en su tierra.

Comentario bíblico

FALTA DE FE

Señor Jesús, nos conoces.

Conoces nuestras carencias,

nuestra debilidades humanas, demasiado humanas.

Conoces de verdad lo que habita en nuestro corazón.

Nos conoces mejor que nosotros mismos a nosotros mismos.

 

Señor Jesús, auméntanos la fe.

Señor Jesús, auméntanos la inteligencia de tu salvación.

Señor Jesús, auméntanos la sabiduría que hace de nosotros síntoma evidente de tu reino de vida.

 

Señor Jesús, nuestra fe muchas veces es coja y quejumbrosa.

Nuestra fe muchas veces suena desafinada y atemorizada frente a los desafíos que el desprecio a la vida nos pone por delante.

Nuestra fe muchas veces nos impulsa poco a llevar libertad, alegría y paz a los demás.

 

Señor Jesús, auméntanos la fe.

Señor Jesús, auméntanos el compromiso con tu deseo de salvación de para todos.

Señor Jesús, auméntanos la sabiduría de la santidad y la justicia que nos propones como guía de nuestra vida.

 

Señor Jesús, nos conoces.

Nos cuesta ver tu presencia que salva y que nos invita a ser apasionados del reino de la vida.

Nos cuesta comprender que el sí a la vida es la clave de la plenitud que ofreces.

Nos cuesta actuar como colaboradores del cuidado de tú ofreces, misteriosamente, a todos los seres humanos.

 

Señor Jesús, vivimos tiempos extraños que nos asustan.

Señor Jesús, vivimos tiempos convulsos que nos desconciertan

Señor Jesús, vivimos tiempos nerviosos que nos quitan la paz.

 

Señor Jesús, tenemos miedo a crecer como hijos e hijas de Dios.

Señor Jesús, tenemos miedo a ampliar nuestra zona de confort.

Señor Jesús, tenemos miedo a explorar nuevos caminos,

nuevos modos,

nuevas presencias.

 

Señor Jesús, auméntanos la fe.

Señor Jesús, auméntanos la conciencia de ser misioneros.

Señor Jesús, auméntanos la conciencia de ser testigos audaces de tu amor universal.

 

carmeloampelio@gmail.com  raspasdefuego.blogspot.com/

 

Post relacionados