Bienaventurada Virgen María del Pilar (A)

Lectura del santo evangelio según San Lucas (11, 27-28)

Mientras él hablaba estas cosas, aconteció que una mujer de entre el gentío, levantando la voz, le dijo: «Bienaventurado el vientre que te llevó y los pechos que te criaron». Pero él dijo: «Mejor, bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen».

Comentario 

Bienaventurado el vientre que te llevó
En la fiesta de la Virgen del Pilar, la liturgia nos presenta un vítor que bien podríamos escuchar, tal cual, en alguna de las romerías o procesiones marianas de nuestra tierra. Que no son pocas. Porque esa bendición a voz en grito del vientre que llevó a Jesús y los pechos que lo alimentaron es toda una exaltación de la Virgen María como la haríamos nosotros mismos. Se nos dice en el Evangelio lucano que la hace una mujer, pero no sabemos nada más. Alguien de la multitud que no puede más y grita algo parecido a “viva la madre que te parió” que nos suena mucho más cercano. Y sí, claro que entonces entendemos a la perfección la alabanza en boca de esa mujer anónima porque cuando queremos exaltar a alguien por sus méritos, empezamos por exaltar a la madre que le dio el ser. ¿Qué hay más sagrado para un hijo que la madre que lo llevó en su seno? Jesús se sentiría halagado, pero no se queda en el halago sino que lo quiere hacer extensivo a todos nosotros porque nos está regalando participar de la condición de hijos de la Bienaventurada Virgen María no a través de la carne y la sangre sino a través de la palabra y su cumplimiento. Porque no se trata de escuchar con piadoso fervor lo que nos dicta la Escritura, sino de obrar en consecuencia.

 

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