Lectura del santo evangelio según San Mateo (11, 11-15)
«En verdad os digo que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan el Bautista; aunque el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él. Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora el reino de los cielos sufre violencia y los violentos lo arrebatan. Los Profetas y la Ley han profetizado hasta que vino Juan; él es Elías, el que tenía que venir, con tal que queráis admitirlo. El que tenga oídos que oiga».
Comentario
¡El que tenga oídos que oiga!
Pero no con los oídos sensibles, sino con los oídos espirituales. Porque el evangelista Mateo nos presenta una perícopa llena de misterio y de referencias difíciles de entender con una lectura apresurada. Jesús presenta a Juan el Bautista como el mayor de los nacidos de mujer, pero inmediatamente lo empequeñece con la afirmación de que el menor en el reino de los cielos lo aventaja. Se trata de una paradoja que la Iglesia nos sirve en el tiempo litúrgico del Adviento para acentuar el rasgo de la humildad, la pequeñez y la sencillez. Es ese menaje preparatorio el que necesita de un oído adecuado que afine el sentido que quiere transmitir el Señor. Es preciso hacerse pequeño -como el mismo Dios va a hacerse en el recién nacido de Belén- para entender el mensaje que hace llegar. Es preciso aplicar el oído espiritual a esta lección que el Adviento nos hace presente.