Lectura del santo Evangelio según Juan (19, 25-27)
Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena. Jesús, al ver a su madre y junto a ella al discípulo al que amaba, dijo a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo». Luego, dijo al discípulo: «Ahí tienes a tu madre». Y desde aquella hora, el discípulo la recibió como algo propio.
Comentario
Mujer, ahí tienes a tu hijo
La memoria de la Virgen de los Dolores, hoy 15 de septiembre, nos presenta a María, lacrimosa, a los pies de la cruz. Los discípulos se han escabullido en ese momento terrible salvo Juan. Las mujeres sí están arropando a María, cuyo corazón está traspasado -como le profetizó el anciano Simeón- por el inmenso dolor de ver morir a un hijo de manera tan infamante como lo era la pena capital de la crucifixión. Y en ese terrible momento se produce el diálogo que tiene a Jesús, su madre y el evangelista Juan como vértices. La donación amorosa de la Virgen como madre de la humanidad, la adopción filial de cada persona como hija de María y la relación inquebrantable que principia justo ahí, al pie de la cruz. La Virgen de los Dolores, advocación tan querida en muchos puntos de la geografía española, nos muestra un camino espléndido nacido de nuestra relación materno-filial con María que se inicia precisamente en medio del dolor más atroz.