Lectura del santo evangelio según san Marcos (8,14-21):
En aquel tiempo, a los discípulos se les olvidó llevar pan, y no tenían mas que un pan en la barca.
Jesús les recomendó: «Tened cuidado con la levadura de los fariseos y con la de Herodes.»
Ellos comentaban: «Lo dice porque no tenemos pan.»
Dándose cuenta, les dijo Jesús: «¿Por qué comentáis que no tenéis pan? ¿No acabáis de entender? ¿Tan torpes sois? ¿Para qué os sirven los ojos si no veis, y los oídos si no oís? A ver, ¿cuántos cestos de sobras recogisteis cuando repartí cinco panes entre cinco mil? ¿Os acordáis?»
Ellos contestaron: «Doce.»
«¿Y cuántas canastas de sobras recogisteis cuando repartí siete entre cuatro mil?»
Le respondieron: «Siete.»
Él les dijo: «¿Y no acabáis de entender?»
Comentario
Evitad la levadura
Jesús recomienda a sus discípulos: «Tened cuidado con la levadura de los fariseos y con la de Herodes.» Por las lecturas de jornadas atrás, sabemos cuál es esa levadura, símbolo de corrupción para la mentalidad israelita. La de los fariseos es la levadura de la tradición de los hombres antepuesta a la voluntad divina. La de los herodianos, que consideraban a Herodes como el Cristo mesiánico que iba a restablecer el poder imbatible de Israel, es la soberbia de sentirse dueño de la vida del prójimo para contentar los requerimientos del deseo desordenado. El Señor invita a sus discípulos a cuidarse de esa doble corrupción que empozoña el espíritu y echa a perder el alma. Pero los apóstoles no entienden nada. Nosotros, que nos dejamos contaminar por la corrupción moral, somos tan torpes como ellos.
