PRESENTACIÓN DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA, memoria obligatoria (B)

Lectura del santo Evangelio según san Lucas (19, 41-44)

Al acercarse y ver la ciudad, lloró sobre ella, mientras decía: «¡Si reconocieras tú también en este día lo que conduce a la paz! Pero ahora está escondido a tus ojos. Pues vendrán días sobre ti en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te sitiarán, apretarán el cerco de todos lados, te arrasarán con tus hijos dentro, y no dejarán piedra sobre piedra. Porque no reconociste el tiempo de tu visita».

¡Si reconocieras lo que conduce a la paz!

Comentario

Es un discurso escatológico (sobre la vida después de la muerte, las últimas preguntas a las que se abre la curiosidad del hombre) el que sostiene aquí Jesús a preguntas de un fariseo. Estos estaban intrigados por esas cuestiones últimas de la existencia y creían en la resurrección de los muertos, a diferencia de los saduceos, que rechazaban esta doctrina. Jesús se muestra como el buen maestro que previene de los caminos erróneos de tantos charlatanes y adivinadores que se empeñan en anuncios escatológicos. En sus tiempos y ahora, donde la verborrea en torno a este asunto es ilimitada. En cambio, previene a sus discípulos de creer al primero que venga voceando el fin de los tiempos a la vez que invita a desear ese encuentro en la plenitud que supondrá entrar en la presencia de Dios por años sin número. Mientras eso ocurre, exhorta a los suyos para que sepan discernir que el reino de Dios está creciendo en cada uno de ellos, abriéndose paso aunque todavía falte la prueba suprema de su pasión, muerte y resurrección para la que se encamina a Jerusalén.

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