Lectura del santo Evangelio según san Lucas (19, 45-48)
Después entró en el templo y se puso a echar a los vendedores, diciéndoles: Escrito está: «Mi casa será casa de oración»; pero vosotros la habéis hecho una «cueva de bandidos».
Todos los días enseñaba en el templo. Por su parte, los sumos sacerdotes, los escribas y los principales del pueblo buscaban acabar con él, pero no sabían qué hacer, porque todo el pueblo estaba pendiente de él, escuchándolo.
Habéis hecho de la casa de Dios una “cueva de bandidos”
Comentario
La cita de ayer se ve completada en el Evangelilo de la jornada, en que Jesús anuncia el día de su segunda venida, glorioso y triunfante, a la tierra. Es la parusía en la que creen todos los cristianos, aunque no sepamos la fecha exacta. Jesús no nos la proporciona en este pasaje, pero claro que habla de signos sobrenaturales y pone por delante dos hechos históricos que los hijos de Israel tenían bien presentes: el diluvio universal en el que Noé se salvó y la destrucción de las ciudades de Sodoma y Gomorra en la que Lot se quedó petrificada por mirar atrás. Es hacia delante a donde Jesús quiere que enfoquemos la mirada. Hacia el último día en que vendrá el Que vive por y para siempre. La llamada es apremiante, precisamente porque no se nos ha revelado la fecha del calendario: de ahí que haya que estar vigilantes, en actitud de espera activa, esto es, revestidos de fe y de esperanza.