Conversión de San Pablo, apóstol, fiesta (A)

Lectura del santo Evangelio según Marcos ( 16, 15-18)

Y les dijo: «Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y sea bautizado se salvará; el que no crea será condenado. A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán y nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos».

Comentario

Id al mundo entero y proclamad el Evangelio

El Evangelio de hoy es una exhortación sin recato: ¿qué tiene que hacer el seguidor de Cristo? Ir al mundo entero y proclamar el Evangelio, la Buena Noticia que hace ver a los ciegos, oír a los sordos, hablar a los mudos y correr a los cojos. ¿Al mundo entero? Exacto, pero empieza por tu pequeño mundo: por tu círculo familiar, tus compañeros de estudios o de trabajo, tus amigos de las aficiones compartidas, tus conocidos de aquí o de allí. Y háblales de cómo te cambió la vida escuchar la Palabra. Predica a tiempo y a destiempo, dirá San Pablo, cuya conversión celebramos hoy con esta lectura tan apropiada para el apóstol de los gentiles. Predica de palabra, pero antes de eso, predica con el ejemplo, con tu vida diaria, con tu actitud ante la vida, con tu toma de partido, con tu mirada compasiva hacia los demás, pálido reflejo de la infinita misericordia con que te mira el Padre bueno. Esa es tu misión, ¿a qué esperas? ¿A que un rayo de luz cegadora te desmonte del caballo camino de Damasco? ¿Y si ese rayo te estuviera cegando intermitentemente pero te empeñas en no querer verlo?

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