Miércoles 3º de Cuaresma (C)

Lectura del santo evangelio según san Mateo (5,17-19):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No creáis que he venido a abolir la Ley y los Profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud.
En verdad os digo que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la ley.
El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos.
Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos».


Comentario

Será grande

Jesús se refiere a la Ley y los profetas, las dos realidades históricas del pueblo de Israel personificadas en Moisés y Elías, presentes en el momento de su Transfiguración en el Tabor. ¿Pero de qué ley y de qué profetas habla? Es la ley que Dios entregó a Moisés en el Sinaí y son los profetas a través de los cuales se fue revelando al pueblo elegido. Pero he aquí que Jesús es la última y definitiva revelación de Dios a los hombres y en vez de arrasar con todo lo anterior y empezar de cero -ese adanismo tan humano que tanto se observa en nuestra política, por ejemplo-, prefiere incorporar todo lo anterior, la Vieja Alianza a ese plan trazado por Dios con la pasión redentora de su Unigénito. Será grande el que cumpla la ley quiere decir que el reino de los cielos empieza por una relación amorosa con el Padre, con una renovación de la historia de salvación que ha pensado para ti. Repasa los mandamientos del Sinaí y examina a conciencia cómo es tu relación con Dios: si has sacado lustre a esa alianza, serás grande.

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