Los invisibles se hacen visibles
El pasado 11 de junio se estrenó “Pan del cielo” en plataformas digitales, vía Vimeo en este caso. Esta pequeña pero imprescindible película trata sobre las personas sin hogar en la ciudad de Milán. Bajo la fórmula de un cuento de hadas alegórico, su dimensión espiritual radica en adentrase en la verdadera mirada que hace visible lo invisible. La narración de inspiración cristiana huye del didactismo, pero plantea directamente cómo la realidad de los pobres tiene que ver con Dios.
En la víspera de Navidad dos personas sin techo, Lilli (Donatella Bartoli) y Annibale (Sergio Leone), encuentran un niño en un contenedor de basuras. Tras el hallazgo llevan al pequeño a un hospital infantil cercano, pero la sorpresa vendrá cuando los médicos y las enfermeras les dicen que ellos no ven al niño, que es una alucinación. Esta circunstancia les obliga a trasladarse a un campamento, donde extrañamente las personas invisibles para la sociedad (los ‘sintecho’) son capaces de ver y cuidar del bebé. Según avanza la historia van apareciendo otros personajes que logran también ver al misterioso niño: un gerente de grandes finanzas, una dama de la clase media alta, un fraile e incluso un joven bloguero. Todo ello se hace gran noticia en la metrópolis lombarda lo que conducirá a un final inesperado.
El filme se compone bajo la sombra y el homenaje a “Milagro en Milán” (Vittorio de Sica, 1951), con la inspiración de la genial poetisa mística Alda Merini y la propia experiencia personal del director Giovanni Bedeschi. Como cuenta el cineasta, el contraste de sus vivencias como publicista y su servicio durante doce años como voluntario en un comedor social (en la Opera San Franscesco, dirigida por frailes capuchinos) le llevó a hacer la película. “Es solo una delgada línea la que nos divide. Se necesita muy poco para hundirse y encontrarse varado en la calle”, afirma Bedeschi.
El motivo central supone la intriga para descubrir los que pueden y los que no pueden ver al niño, y el porqué de esta diferencia. Tal búsqueda implica una mirada social a los invisibles, a la ciudad escondida bajo la alfombra de los comercios lujosos, los grandes edificios, los hoteles de cinco estrellas y el neón de los negocios. Un Milán oculto donde sobreviven 12.000 personas sin hogar. Pero junto a la denuncia social plantea también la búsqueda existencial, donde cada persona decide ver lo que quiere ver y, como consecuencia, puede perderse el misterio de una visitación imprevista.
Esta película ganó en 2018 los premios a Mejor Película y Mejor Director en el Festival Mirabile Dictu. Ahora nos llega con un estreno solidario, para recoger fondos destinados a distintas organizaciones que realizamos atención a personas sin hogar en medio de la emergencia social.
Peio Sánchez
Rector de la parroquia de
Santa Anna (Barcelona)
Promotor de la Semana de Cine Espiritual