PARROQUIA NTRA SRA DE LOS DESAMPARADOS (PARQUE ALCOSA)

“Estos 50 años nos están empujando a recomenzar una etapa de nueva evangelización en Alcosa”

A comienzo de los años 70 empezó a desarrollarse un barrio en el extrarradio de Sevilla, cerca del aeropuerto. Era el Parque Alcosa. “Inmediatamente el arzobispo, monseñor Bueno Monreal, pensó en la atención pastoral de esta población que fue creciendo muy rápidamente. Así que en 1972 creó la Parroquia Nuestra Señora de los Desamparados y ofreció a los franciscanos conventuales de España su acompañamiento espiritual”.

Fue el padre Castro el que puso en marcha la comunidad parroquial, cuya labor asistencial y caritativa es aún recordada por los habitantes de la barriada, especialmente por los hermanos de la Hermandad Ntra. Sra. de los Desamparados, de la cual fue impulsor. De hecho, los vecinos lucharon hasta lograr que se rotulara con su nombre una plaza.

Cincuenta aniversario

“Se trata de una feligresía de origen andaluz o extremeño; es una barriada popular, de gente sencilla y trabajadora”, explica el párroco, Gonzalo Fernández-Gallardo. “Desde siempre, la parroquia fue el centro de la vida común del barrio -continúa-. Y esto se traduce en una buena respuesta y participación por parte de los fieles en las tareas eclesiales”.

Este año están celebrando el cincuenta aniversario de la consagración del templo. Concretamente, el pasado 16 de marzo el arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz Meneses, presidió la Eucaristía con este motivo y bendijo unas nuevas vidrieras. Previamente, el día de san Francisco, el obispo auxiliar, monseñor Teodoro León bendijo también el nuevo retablo. Al respecto, el párroco asegura que “la parroquia está viviendo un momento de profunda gratitud y alegría” y que estos cincuenta años “nos están empujando a recomenzar una etapa de nueva evangelización en Alcosa”.

Está previsto que el próximo 15 de junio tenga lugar una procesión extraordinaria con las imágenes de San Francisco y de los titulares de las dos hermandades con sede en la parroquia (Ntra. Sra. de los Desamparados y el Divino Perdón). “Se trata de un acontecimiento evangelizador en el barrio, una protestación pública de fe, es decir, compartir el tesoro de Jesucristo con los demás”, apunta el párroco.

Ambiente franciscano

Precisamente, Gonzalo Fernández-Gallardo califica la piedad popular del barrio como “un foco de vida muy fuerte en la parroquia, porque atrae a personas de todas las edades y, especialmente, a muchos jóvenes”. Además de la vida de hermandad, también destaca el grupo de la Orden Franciscana Seglar y la Milicia de la Inmaculada, que fundó san Maximiliano María Kolbe. A estos se suman los grupos de formación, dirigidos a todas las edades, “desde la catequesis de niños (que se tradujo en la celebración de la Primera Comunión de más de un centenar de menores el pasado año) al itinerario formativo para adultos”.

En relación a la actividad sociocaritativa, el párroco señala que la acogida de Cáritas Parroquial “es urgente y muy necesaria, porque hay familias necesitadas cada semana. De hecho, al mes se atiende a unas 30 o 40 familias con escasos recursos. Fundamentalmente se facilita el acceso a alimentos y se atiende también a las personas desde un punto de vista psicológico y espiritual. Procuramos hacer un acompañamiento personal”, añade.

La actividad parroquial se completa con una amplia vida sacramental.

Todo ello impregnado por “un ambiente franciscano propio de esta parroquia”, cuya esencia radica en la práctica de la fraternidad, la pobreza y la alegría: “Intentamos que estos tres valores del carisma se hagan realidad”. En palabras de Gonzalo Fernández-Gallardo, esto se materializa “viviendo una relación fraterna de hermano, porque tenemos un Padre común. También viviendo en lo sencillo con los sencillos, aceptando a cada uno en su pobreza y su debilidad. Y, finalmente, experimentando la alegría de compartir, especialmente compartir a Dios, como hacía San Francisco”.

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