En el año 2002, la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos publicó el Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia.
Entre las prácticas de piedad para el Tiempo de Pascua se describe en el número 153, el vialucis. En él, como sucede en el viacrucis, los fieles, recorriendo un camino, consideran las diversas apariciones en las que Jesús – desde la Resurrección a la Ascensión, con la perspectiva de la Parusía – manifestó su gloria a los discípulos, en espera del Espíritu prometido, confortó su fe, culminó las enseñanzas sobre el Reino y determinó aún más la estructura sacramental y jerárquica de la Iglesia.
Mediante el ejercicio del vialucis los fieles recuerdan el acontecimiento central de la fe – la Resurrección de Cristo – y su condición de discípulos que, en el bautismo, sacramento pascual, han pasado de las tinieblas del pecado a la luz de la gracia. Durante siglos, el viarucis ha mediado la participación de los fieles en el primer momento del evento pascual – la Pasión – y ha contribuido a fijar sus contenidos en la conciencia del pueblo. De modo análogo, en nuestros días, el vialucis, siempre que se realice con fidelidad al texto evangélico, puede ser un medio para que los fieles comprendan vitalmente el segundo momento de la Pascua del Señor: La Resurrección.
Esta práctica, además, puede convertirse en una óptima pedagogía de la fe. ‘Per crucem ad lucem’ (por la cruz a la luz) con la metáfora del camino, el vialucis lleva desde la constatación de la realidad del dolor, que en plan de Dios no constituye el fin de la vida, a la esperanza de alcanzar la verdadera meta del hombre: la liberación, la alegría, la paz, que son valores esencialmente pascuales.
El vialucis, finalmente, en una sociedad que con frecuencia está marcada por la cultura de la muerte con sus expresiones de angustia y apatía, es un estímulo para establecer una cultura de la vida, una cultura abierta a las expectativas de la esperanza y a las certezas de la fe.
En definitiva, se trata de 14 estaciones basadas en escenas de la Iglesia naciente, desde la mañana de Pascua hasta Pentecostés: las apariciones a la
Magdalena y a los discípulos, el camino de Emaús, el encuentro con Tomás, la
pesca en el Tiberíades, el envío a la misión, la Ascensión, la espera del Espíritu. Al estilo del viacrucis, también se comienza con una fórmula que se va repitiendo antes de cada escena:
«Te adoramos, oh Cristo resucitado, y te bendecimos. Porque con tu Pascua has dado la vida al mundo».
Preparación y disposición
- Prepara una vela encendida. Recuerda la luz pascual de Cristo y la condición de ser el Pueblo de la Pascua.
- La Sagrada Escritura que ocupe un lugar especial.
- También algún canto acorde con el momento puede ayudar.
- No dejes de pensar que Cristo luz del mundo llega a todas las situaciones de enfermedad, dolor, tristeza y muerte, con la esperanza y su vida. Cristo con su presencia no deja a la oscuridad decir la última palabra. Cristo ilumina nuestra fe que irradia esperanza.
- Presenta tu intención y necesidad a Dios
- Entra en la presencia de Dios con serenidad, en silencio de ruidos externos y comienza en profunda comunión con toda la Iglesia, especialmente con la que necesita la luz de la esperanza.
- Sumérgete en la escena y pídele al Espíritu Santo que te la gracia para dejarte acompañar por Cristo Vivo.
I ESTACIÓN| JESÚS RESUCITA DE LA MUERTE (Mt 28, 1-6)
II ESTACIÓN| LOS DISCÍPULOS DEJARON EL SEPULCRO VACÍO (Jn 20, 3-8)
III ESTACIÓN| JESÚS RESUCITADO SE MANIFIESTA A MARÍA MAGDALENA (Jn 20, 11-18)
IV ESTACIÓN| JESÚS RESUCITADO EN EL CAMINO DE LOS DISCÍPULOS DE EMAÚS (Lc 24, 13-19. 25-27)
V ESTACIÓN| JESÚS SE MANIFIESTA EN EL PARTIR EL PAN (Lc 24,28-35)
VI ESTACIÓN| JESÚS SE PRESENTA VIVO ENTRE LOS DISCÍPULOS (Lc 24, 36-39)
VII ESTACIÓN| JESÚS RESUCITADO DA EL PODER DE PERDONAR LOS PECADOS (Jn 20, 21-23)
VIII ESTACIÓN| JESÚS RESUCITADO CONFIRMA LA FE DE TOMÁS (Jn 20, 24-29)
IX ESTACIÓN| JESÚS RESUCITADO SE MUESTRA A LOS DISCÍPULOS EN EL TIBERÍADES (Jn 21, 1-9.13)
X ESTACIÓN| JESÚS RESUCITADO CONFIERE EL PRIMADO A PEDRO (Jn 21, 1-9.13)
XI ESTACIÓN| JESÚS RESUCITADO LE CONFÍA A LOS DISCÍPULOS LA MISIÓN UNIVERSAL (MT 28,16-20)
XII ESTACIÓN| EL RESUCITADO SUBE A LOS CIELOS (Hechos 1, 6-11)
XIII ESTACIÓN| CON MARÍA A LA ESPERA DEL ESPÍRITU (Hechos 1, 12-14)
XIV ESTACIÓN| JESÚS RESUCITADO ENVÍA A LOS DISCÍPULOS EL ESPÍRITU SANTO PROMETIDO (Hechos 2, 1-6)