¿Por qué confesamos los pecados a un sacerdote?
Bueno, la respuesta inmediata sería porque es la manera en que Dios quiere que lo hagamos. En Santiago 5,16, Dios, a través de la Sagrada Escritura, nos dice: “Confesaos, pues, mutuamente vuestros pecados”. Observa que la Escritura no dice: «confiesa tus pecados directamente con Dios y sólo Dios» –dice que confieses tus pecados con el otro.
En Mateo, capítulo 9, versículo 6, Jesús nos dice que le fue dada autoridad en la tierra para perdonar los pecados. Y la Escritura continúa diciéndonos, en el versículo 8, que esta autoridad ha sido dada a los “hombres”…en plural.
En Juan 20, versículos 21-23, ¿qué es lo primero que Jesús dice a sus discípulos reunidos en la noche de su resurrección? Jesús les dijo:“La paz con vosotros. Como el Padre me envió, también yo os envío”.
¿Cómo envió el Padre a Jesús? Bueno, hemos visto en Mateo 9 que el Padre envió a Jesús con autoridad en la tierra para perdonar los pecados. Ahora, Jesús envía a sus discípulos como el Padre lo envió a él.
Por lo tanto, ¿con qué autoridad envió Jesús a sus discípulos? Con la autoridad en la tierra de perdonar los pecados. Y, sólo en caso de que no lo entendieran, prosigue en Jn 20, 22-23: “Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: ‘Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos’”.
¿Por qué Jesús le daría a sus discípulos el poder de perdonar o retener los pecados si no estuviera esperando que las personas se confesaran con ellos? ¿Y cómo podrían perdonar o retener los pecados si nadie les confesara sus pecados?
La Biblia nos pide confesar nuestros pecados unos a otros. También nos dice que Dios dio autoridad a los hombres en la tierra de perdonar los pecados. Jesús manda a sus discípulos con autoridad en la tierra de perdonar los pecados.
Cuando los católicos confiesan sus pecados a un sacerdote, están simplemente siguiendo el plan establecido por Jesucristo. Él perdona los pecados a través de un sacerdote… es el poder de Dios, pero él lleva a cabo ese poder a través del ministerio del sacerdote.
Fuente: Aleteia