Mejorar el rendimiento escolar, mejorar la convivencia en las aulas y bajar los índices de absentismo son los tres objetivos fundamentales del proyecto de colaboración Hadas/os Madrinas/os que desde hace tres años, y con la participación de la Delegación de Enseñanza de la Archidiócesis de Sevilla, lleva a cabo el Colegio de Educación Infantil y Primaria Nuestra Señora de la Paz, en el Polígono Sur.
La filosofía del proyecto parte de la necesidad de poner en marcha una comunidad de aprendizaje, entendida como la transformación cultural del centro y su entorno. Para ello son imprescindibles dos requisitos: la presencia de voluntarios que previamente han hecho un curso de formación y el trabajo en el entorno del alumnado, especialmente buscando la colaboración y participación de las familias.
De acuerdo con la propia definición del ‘hada madrina’ como ser que hace realidad las fantasías en los cuentos y narraciones, aquí el cuento es la más dura realidad y los hados y hadas son seres realmente extraordinarios pero de carne y hueso cuya misión es proteger, ayudar y acompañar al alumnado en el día a día.
Los voluntarios deben ser personas especializadas y conocedoras del entorno
Un entorno difícil en un centro cuyo alumnado procede mayoritariamente del asentamiento chabolista de La Paz y las barriadas Murillo, Las Letanías y Martínez Montañés. La comunidad de aprendizaje tiene como herramienta fundamental las tertulias dialógicas, diálogos en pie de igualdad para despertar el interés del alumnado.
El proyecto de una comunidad de aprendizaje tiene como punto de partida un análisis de la realidad del entorno social del centro escolar: altos índices de pobreza y desempleo, familias desestructuradas con familiares en prisión, madres adolescentes, situaciones de maltrato, drogadicción. El problema está fuera de las aulas, pero llega hasta ellas: entorno conflictivo, problemas en la convivencia vecinal, falta de habilidades sociales, cultura de la impunidad. La mortalidad en el barrio es casi un punto y medio más alto que en la media de la ciudad; los niveles de absentismo se sitúan entre un 40 y un 60 por ciento; un 83 por ciento de la población en edad de trabajar está precarizada, es decir, en el paro, ocupados sin contrato o empleados temporales.
Precariedad, vulnerabilidad, marginalidad
El problema no está en las aulas, sino fuera de ellas, y en ese entorno se trata de actuar con este proyecto. Los alumnos y alumnas muchas veces no encuentran apoyo en sus casas, los disculpan por no hacer las tareas e incluso piden a los tutores que no se las manden. Una falta de colaboración por desinterés de los progenitores o por analfabetismo, real o funcional.
El proyecto se presentó en la Delegación de Educación. El centro se lo dio a conocer a parroquias, asociaciones de vecinos, Comisionado del Polígono Sur. Desde que se puso en marcha, tres han sido los caminos elegidos: apoyo escolar, talleres de costura y manualidades, y huerto escolar, jardines y parterres. En todos se cuenta con voluntarios que son antiguos alumnos, antiguos docentes o miembros de sus familias, vecinos conocedores del entorno y las circunstancias y alumnos en prácticas.
Docentes, alumnos, vecinos, voluntarios. Todos en un mismo barco para llegar a buen puerto
En el apoyo escolar se trata de ayudar en la lecto-escritura mediante grupos interactivos, partiendo de la premisa de igualdad de diferencia para asumir las diferencias entre culturas, con una notable presencia de población gitana. Los talleres de costura y manualidades persiguen un doble objetivo de que el alumnado pueda aprender un oficio y al mismo tiempo, mediante la detección de carencias en algunas familias de ropa, calzado o material escolar, hacer un estudio para reponerlos en esos hogares deficitarios. El huerto escolar, jardines y parterres es una herramienta interdisciplinar que fomenta el trabajo en grupo, facilita las relaciones personales y permite el contacto con la naturaleza. El alumnado estudia en clase el ciclo de las plantas para plantar flores y árboles, hacen tareas de siembra y con los dos olivos que tiene el centro han participado en un taller de aliño de aceitunas cuyos resultados presentaron en unas Jornadas de Intercambios de Experiencias de los centros del Polígono Sur.
El jefe de estudios establece los horarios que se correspondan con las necesidades del alumnado y las posibilidades del voluntariado; la coordinadora del centro crea cauces informativos para el buen desarrollo del proyecto, cuyos resultados son sometidos a un proceso de evaluación y análisis. Una buena forma por parte de este centro de celebrar sus cincuenta años de presencia en el Polígono Sur.
Más información en :
CEIP Nuestra Señora de la Paz
Prolongación Avenida Nuestra Señora de las Mercedes s/n
41003 Sevilla