¿Quién fue Santo Domingo de Guzmán, fundador de los Dominicos?
La Iglesia católica celebra a Santo Domingo de Guzmán el 8 de agosto. Su personalidad puede resumirse en ser un hombre sencillo de gran espiritualidad y compasivo. En cada momento de su vida se manifestó dispuesto a configurarse con Cristo pues tenía el deseo de que Jesucristo fuera la luz en la vida de los hombres, por ello se mostró siempre compasivo en medio de un mundo sufriente. Por estas virtudes que lo caracterizan tuvo a bien dejar un testamento espiritual de paz: vivir con Cristo y aprender de Él la vida apostólica.
Santo Domingo de Guzmán nació en Caleruega (Burgos) en 1170, en el seno de una familia profundamente creyente. Sus padres, don Félix de Guzmán y doña Juana de Aza. Tuvo dos hermanos, Antonio y Manés.
Durante siete años fue educado por su tío el Arcipreste don Gonzalo de Aza, hasta los catorce años en que fue a vivir a Palencia: estudiando Artes (Humanidades superiores y Filosofía); Teología y como profesor del Estudio General de Palencia. Al terminar la carrera de Artes en 1190, -recibida la tonsura-, se hizo Canónigo Regular en la Catedral de Osma. Fue en el año 1191, ya en Palencia, cuando en un rasgo de caridad heroica vende sus libros, para aliviar a los pobres del hambre que asolaba España.
Uno de los males que agobiaban a la sociedad de su tiempo era la ignorancia religiosa, por ello en 1215 establece en Tolosa la primera casa de su Orden de Predicadores, cedida a Domingo por Pedro Sella. En 1215 asiste al Concilio de Letrán donde solicita la aprobación de su Orden. Será un año después, el 22 de Diciembre de 1216, cuando reciba del Papa Honorio III la Bula “Religiosam Vitam” por la que confirma la Orden de Frailes Predicadores. Al siguiente año regresa a Francia y en agosto envía a sus frailes a diferentes lugares a saber: cuatro a España y tres a París. Meses después enviará los primeros Frailes a Bolonia. Y él parte a Roma.
Ya con su Orden perfectamente estructurada y más de sesenta comunidades en funcionamiento, cansado físicamente, tras una breve enfermedad, murió el 06 de agosto de 1221, a los cincuenta y un años de edad, en el convento de Bolonia, donde sus restos permanecen sepultados. En 1234 fue canonizado por el Papa Gregorio IX.
*Autor: José Luis Ávalos Ramirez, vicario parroquial de la parroquia de San Pedro de Verona Mártir. Artículo y foto tomada de la revista digital Desde la fe.