La undécima incursión del actor George Clooney detrás de las cámaras es un notable drama deportivo, que cuenta la historia real del equipo de remo de la Universidad de Washington de 1936. El guion está construido a partir del relato que Daniel James Brown publicó en 2013: “The Boys in the Boat”. La película, que se estrenó en USA a finales de 2023 y no pasó por la cartelera española, se encuentra disponible en Amazon Prime Video desde el pasado 29 de marzo con el título “Remando como un solo hombre”.
Clooney, también coproductor, ha contado con un buen equipo de trabajo y varios conocidos actores. El resultado es un largometraje épico, vibrante en las escenas de competición, con indudables valores humanos y una elegancia formal y verbal nada corriente en el cine actual. La vieja y certera idea de que ‘la unión hace la fuerza’ recorre toda la trama, que nos llevará desde los Estados Unidos hasta el mismo corazón nazi: el Berlín de las Olimpiadas de 1936.
El argumento no esconde su intención de enfatizar las diferencias económicas entre los remeros pobres de la Universidad de Washington y sus rivales, pertenecientes estos a la Universidad de California en Berkeley o a las elitistas universidades de la Coste Este. Es un recurso poco original, pero todos aceptamos que las victorias de los menos favorecidos o de los aparentemente inferiores poseen una satisfacción y un mérito añadidos.
Aunque se trata de un filme fundamentalmente coral, hay dos claros protagonistas sobre los que bascula la narración: Joe Rantz (Callum Turner), al que su padre abandonó cuando tenía solo catorce años y ve en el remo una oportunidad de supervivencia, y el entrenador del equipo, Al Ulbrickson (Joel Edgerton). Del resto del reparto cabe destacar a Peter Guinness en el papel de constructor de la embarcación, y a Hadley Robinson como la novia de Rantz: dos personajes muy positivos que tendrán una especial influencia sobre Joe y su entorno.
Los 40 millones de dólares de presupuesto se notan en la perfecta recreación de ambientes interiores y exteriores, vestuario, embarcaciones, instrumentos musicales, mobiliario, figurantes… La fotografía de Martin Ruhe oscila entre los tonos sepia, los azules y grises de las zonas empobrecidas y las coloristas escenas de las pruebas deportivas. La música de Alexandre Desplat completa un apartado técnico sobresaliente, que redondea una cinta de hechura clásica y gusto exquisito.
“Remando como un solo hombre” se gana ampliamente el cartel de recomendable, a pesar su carácter previsible, complaciente y convencional: tres ingredientes nada atractivos para la crítica especializada pero agradables para el público general al que va dirigida la película.
Juan Jesús de Cózar