Si hay un sector de Sevilla que aparece con demasiada frecuencia en los medios de comunicación es el de los Tres Barrios (Los Pájaros, La Candelaria y Santa Teresa). Además de una realidad difícil para muchas personas, en él existen tres parroquias que se afanan en vivir el mensaje de Jesucristo. En una de ellas, la de Nuestra Señora de la Candelaria, radica una hermandad sacramental y de gloria fundada en el año 1967, cuya imagen titular de la Virgen de la Candelaria -obra de Juan Luis Vasallo en 1957- procesiona todos los años en el mes de junio, llenando de aroma cofrade y mariano sus calles y plazas, a veces tan maltratadas por las circunstancias de la vida.
Imagen inspirada en el arte del siglo XVI
Recientemente se ha presentado la restauración del Santísimo Cristo del Perdón y Caridad, que preside este templo. Se trata de una obra contemporánea del imaginero Manuel Domínguez, que se inspiró en un crucificado de Pedro Millán del siglo XVI del convento de Madre de Dios de la calle San José. Su origen se remonta a la época del párroco D. Antonio Alcaide, que fue quien lo trajo a la parroquia. Tras estar varios años en la sacristía y posteriormente en un lateral del templo, con el esfuerzo y petición de la hermandad y muchos devotos, se situó en el altar mayor de la parroquia.
El hermano mayor, Moisés Viretti, destaca sobre esta talla: “me enamoró al verla, por eso no dudé en pretender hacerlo titular de la hermandad con el respaldo de los hermanos, devotos y la parroquia”, precisando que “la advocación, Perdón y Caridad, surgió del recuerdo de una antigua fotografía del Cristo, en la que niños de catequesis le escribían frases hermosas, y la de Perdón y Caridad me encantó, y así quedo aprobada”.
Una restauración complicada
El estado de la escultura era lamentable, por lo que varios restauradores dieron sus distintos puntos de vista, coincidiendo en el que el crucificado tenía que restaurarse lo antes posible. Entonces, con el beneplácito del delegado de Patrimonio D. Antonio Rodríguez Babío y de los sacerdotes de la parroquia, se puso en marcha el proceso correspondiente, que tuvo que retrasarse por culpa de la pandemia. Así el 6 de agosto del pasado año 2020 la preciada talla viajaba a Málaga, para que el profesor Enrique Salvo Rabasco procediera a su restauración.
Enrique Salvo recuerda que “a su llegada al taller, la imagen del Santísimo Cristo presentaba un alto grado de deterioro, no sólo en lo referente a capa pictórica y acabados, sino también estructuralmente”. Analizado el sistema de ensambles, “llegamos a la conclusión de que estaba muy aquejado por la desnaturalización de las colas, el propio movimiento de la madera y un fuerte ataque de xilófagos”.
Además, el sistema de sujeción del Cristo a la cruz era muy deficiente, “haciendo que todo ello agravara las grietas que se observaban por buena parte de la superficie de la talla”. Y el oscurecimiento de barnices y repintes “había provocado que se perdieran, en buena medida, las calidades pictóricas de la obra”.
El restaurador malagueño manifiesta que “lo primero que se hizo fue desenclavar al Cristo para poder trabajar por un lado la cruz y por otro el crucificado. Se preconsolidaron ensambles y zonas de la policromía con riesgo de desprendimiento. Una vez estabilizados estos deterioros más graves se pasó a desinsectar ambas piezas en cámara de vacío por shock térmico”. Concluidos estos procesos, se consolidaron los ensambles analizando en profundidad el bloque escultórico, “ya que la imagen del crucificado no presenta un sistema convencional a la hora de la configuración del embón”.
Por último, “la limpieza fue encaminada a recuperar su policromía original oculta bajo sucesivas capas de añadidos y repintes”. Posteriormente se procedió a estucar y desestucar faltas y a la reintegración cromática, así como la protección final frente a agentes ambientales. También “se ha restaurado la cruz y colocado un sistema de sujeción estable sin generar tensiones, recuperando los valores escultóricos y cromáticos originales”, concluye Enrique Salvo, quien ha desarrollado su labor de forma desinteresada, mostrando una gran generosidad por su parte.
Vuelta al templo del crucificado
El pasado 26 de marzo, Viernes de Dolores, se produjo la vuelta al culto del Santísimo Cristo del Perdón y Caridad, y fue un momento inolvidable. Moisés Viretti recuerda que este día la imagen estrenó unas potencias realizadas por el orfebre Antonio Conradi, y “se celebró un vía crucis precioso, estrenándose una pieza musical de capilla del profesor Francisco J. Rosal Nadales. La misa de acción de gracias, concelebrada por los párrocos D. Francisco José Ortiz y D. Manuel Sánchez, fue increíble. Como culminación, el canto de las saetas de José Manuel Humanes, creó un ambiente cofrade en la comunidad parroquial difícil de olvidar”.
Una hermandad de gloria en Los Pajaritos
Muchas personas quizás desconozcan que en la zona de Los Pájaros – La Candelaria hay una hermandad, en este caso de gloria, que venera a la Santísima Virgen de la Candelaria. Esta corporación fue creada por el canónigo y párroco por aquel entonces, don Rafael Pavón, y un grupo de feligreses de Acción Católica. “Se funda teniendo como primer titular al Santísimo Sacramento y la Virgen de la Candelaria. Con los años, a la advocación de la Virgen se le añade, Madre de Dios. Posteriormente, llega como tercer titular el recién restaurado crucificado, Santísimo Cristo del Perdón y Caridad, teniendo como culto principal una misa en su honor y un vía crucis en tiempo cuaresmal”.
El hermano mayor añade que “en los tiempos que corren la actividad principal de la hermandad es la caridad, junto a otra de las esenciales como es la de realizar manifestación pública de fe, actividad común de todas las hermandades que procesionan anualmente”. La vida corporativa en este año tan especial la califica como “complicada, por culpa del coronavirus, pero la fe nos hace fuertes en seguir adelante y en comunidad. De distintas formas, los miembros de la hermandad siempre seguimos en contacto”.
La hermandad participa de la vida de la parroquia casi a diario, ya que miembros de la Junta de Gobierno “se ocupan hasta de abrir el templo para las misas y actos”. Sobre la atención social a los más desfavorecidos, que desgraciadamente se encuentran tan cerca, el hermano mayor manifiesta orgulloso: “he de decir, que un sobresaliente para la diputación de caridad, que está procurando todo tipo de ayudas: alimentos, tarjetas monederos, carnets de economato, reformas integrales, atención a enfermos de alcoholemia, negocios del barrio, pobreza infantil…, alcanzando casi 14.500 euros en acción social y caridad con los más necesitados, en los últimos dos años”. Y todo, “gracias también a otras instituciones que nos han ayudado, si no, hubiera sido imposible conseguir el mejor logro en los más de cincuenta años de vida de la hermandad”, concluye con satisfacción Moisés Viretti.
Texto: Isidro González
Fotografías: Israel Viretti Fernández