La festividad de San Blas se celebra el 3 de febrero. Es un santo muy popular, invocado contra las enfermedades de garganta.
San Blas era natural de Armenia. Fue médico y obispo de Sebaste. Sufrió la persecución romana y murió decapitado en el año 316 d.c. Mientras estuvo en prisión, realizó la curación de un muchacho que tenía una espina en la garganta y se encontraba en peligro de muerte, de ahí que se le invoque en las afecciones de garganta. Su culto tuvo una gran extensión: como dato, solo en Roma tuvo San Blas 54 iglesias y son numerosos los monasterios que poseen reliquias del santo.
En Sevilla existió una ermita a San Blas que se encontraba junto a la iglesia de Omnium Sanctorum y la casa que había sobre el solar del Palacio de los Marqueses de la Algaba. Doña María Coronel se refugió en esta ermita un tiempo huyendo de Don Pedro El Cruel, antes de fundar el convento de Santa Inés. Cuenta Carlos Ross en su libro Doña María Coronel, el amor imposible de Pedro el Cruel que la ermita pasó en herencia al monasterio de Santa Inés hasta el año 1776, en el que se arruinó el inmueble, siendo trasladada la imagen a a la iglesia del monasterio donde actualmente se venera. La imagen es de Juan de Mesa de 1617 y recibe culto en un retablo neoclásico. También poseen en dicho monasterio una reliquia del santo que exponen el día de su festividad.
En la provincia, San Blas es patrón de la localidad de El Madroño. Cada mes de febrero se celebra un triduo en honor al santo, cuya Función Principal y posterior procesión se realiza el domingo siguiente al 3 de febrero.