«Este aclamado obispo de Ginebra, doctor de la Iglesia, patrón de los escritores y periodistas católicos, por amor a Cristo se impuso doblegar su defecto dominante, y con su gracia, se convirtió en el excelso doctor de la dulzura»
La vida de este «apóstol de la amabilidad», doctor de la Iglesia, es uno de los claros ejemplos de lucha sin cuartel contra el defecto dominante y muestra de que cuando se ama a Dios, con su gracia, todo es posible.
Hoy, 24 de enero celebramos la fiesta patronal de San Francisco de Sales, patrono de los periodistas y escritores, a cuyo amparo e intercesión la Iglesia confía a todas aquellas personas que se dedican a la noble profesión del periodismo y al oficio de escribir.
La devoción y la defensa de la fe que caracterizaron a este santo y doctor de la Iglesia son puestas como modelo para los periodistas y escritores, cuyo norte debe ser siempre la difusión de la verdad y la edificación de la humanidad.
Tanto el periodismo como la literatura necesitan del don de la palabra, y a través de ella manifestar la belleza y transmitir toda noticia que sirva para el progreso y el crecimiento espiritual e intelectual de los pueblos. Ambos oficios reclaman, de quien los ejerce, una particular vocación que se antepone ante cualquier interés malsano o sectario.
Hoy, Solemnidad del santo patrono, queremos felicitar a todos los periodistas y escritores del mundo, de manera especial a los que profesan la fe católica, y deseamos para todos aquellos y aquellas que ejercen esa tarea que Dios Padre, por la intercesión de san Francisco de Sales, les infunda la sabiduría y la caridad en sus quehaceres y les conduzca hacia Jesucristo, camino, verdad y vida.
¿Por qué San Francisco de Sales es el patrono de los periodistas?
Cada 24 de enero, el santoral apunta como protagonista del día a San Francisco de Sales, patrono de los periodistas y de los escritores. Este santo de la Edad Moderna, nacido en el ducado de Saboya, hoy entre Francia e Italia, en 1567 y fallecido en 1622 en Lyon, recibió este reconocimiento patronal por parte del Papa Pío XI en 1923. San Francisco de Sales destacó, como se deduce, por su gran capacidad comunicativa a través de la escritura.
Desde su ordenación como obispo de Ginebra, San Francisco de Sales completó una intensa actividad literaria que ya había comenzado con su misión evangelizadora en Chablais, donde redactó folletos que se distribuían entre la población a modo de pasquines diarios. Sus obras más señaladas son ‘Defensa del estandarte de la Cruz’, ‘Introducción a la vida devota’, los doce libros del ‘Tratado del amor de Dios’, ‘Conferencias espirituales’, ‘Sermones’ y ‘Cartas`.
Se dice que escribía de día hojas clandestinas y la metía por debajo de las puertas, de noche. Por esa razón, se ganó el premio «patrono de los periodistas».
Escribía como un ángel. De forma, que los franceses lo tienen entre sus clásicos de literatura.