Su festividad se celebra el 20 de junio coincidiendo con la fecha de su muerte en el año 633.
Santa Florentina nació a mediados del siglo VI. Su familia proviene de Cartagena pero la invasión bizantina los obligó a emigrar a Sevilla. Era hermana de San Isidoro, San Leandro y San Fulgencio. Mujer de gran inteligencia que decidió siendo aún joven entregar su vida a Dios e ingresar en el monasterio de Santa María del Valle, cerca de Écija, ciudad de la que su hermano Fulgencio era obispo.
Pronto fue superiora de este monasterio, a la vez que fundó varios conventos más de la comarca, siguiendo la Regla escrita para ello por su hermano San Leandro. Tuvo a su cuidado a más de mil consagradas, atendiéndolas en hermandad y caritativamente hasta su muerte.
Al fallecer fue enterrada en el convento que fundara, perdurando su comunidad hasta la invasión musulmana. En recuerdo de este primitivo monasterio, se fundó en 1388 otro convento, en el interior de la ciudad de Écija tomando como advocación a la propia Santa Florentina.
En las jambas de la Puerta del Bautismo de la Catedral de Sevilla se presenta una escultura de Santa Florentina junto con otras cinco esculturas más que representan a San Leandro, San Isidoro, San Fulgencio, Santa Justa y Santa Rufina.
Actualmente la mayor parte de sus restos mortales reposan en una urna de plata, expuesta en el altar mayor de la Catedral de Murcia. Aunque también se conservan reliquias de la santa en la parroquia de Berzocana de la diócesis de Plasencia.
Por su ejemplo de vida consagrada a Dios y a los demás es por lo que se la conoce, se ama y se venera, llegando a ser Patrona de la Diócesis de Plasencia.