La Delegación de Pastoral Social nos recuerda que este segundo domingo de Adviento debemos reflexionar especialmente sobre la conversión. Juan es el primero que predica “un bautismo de conversión para el perdón de los pecados”. (Lc 3, 1-6) ¿Sabes que además este año el segundo domingo de adviento coincide con el día internacional contra la corrupción?
Nos dijo el Papa Francisco en 2015 que «la conversión concierne a quien de ateo se vuelve creyente, de pecador se hace justo, pero nosotros no tenemos necesidad, ¡ya somos cristianos!…Pensando así, no nos damos cuenta de que es precisamente de esta presunción de lo que debemos convertirnos”.
Es el gran peligro que a todos nos acecha, creyendo que como cristianos ya estamos justificados y por ello, somos insensibles a situaciones de injusticia. Sin esforzarnos personalmente en atender las necesidades, morales o materiales que están sufriendo otras personas.
La Asamblea General de las Naciones Unidas «decide que, a fin de aumentar la sensibilización respecto de la corrupción, así como del papel que puede desempeñar la Convención para combatirla y prevenirla, se proclame el 9 de diciembre, Día Internacional contra la Corrupción, cuyo delito es la transgresión de las normas legales y los principios éticos.
Refiriéndose a ella, el Papa dice “es un proceso de muerte”,que se ha vuelto habitual en la sociedad y, sigue diciendo: “es un mal más grande que el pecado” (Discurso a la Delegación de la Asoc. Internacional de Derecho Penal. 23-10-2014.).
Existen causas internas y externas para este tipo de actos tan extendidos en nuestras sociedades, a nivel individual, colectivo, social y político.
- Las primeras se dan por la falta de una conciencia social y un espíritu de servicio al anteponer el beneficio personal.
- Las segundas las ampara, la impunidad, la concentración del poder o el corporativismo, entre otras.
San Pablo en su carta a los Filipenses nos dice: “Siempre que rezo por vosotros lo hago con gran alegría… Y esta es mi oración: que vuestro amor siga creciendo más y más en penetración y sensibilidad para apreciar los valores. Así llegaréis al día de Cristo limpios e irreprochables, cargados de frutos de justicia”.
La conversión nos llama al comportamiento honrado y perfecto con Dios y con los hombres para como dice el Evangelio: “preparar el camino del Señor y allanar sus senderos”.
DOCTRINA DE LOS SANTOS PADRES DE LA IGLESIA
”¡Ay ricos! ¿Hasta dónde pensáis llevar vuestra codicia insensata? ¿Es que sois acaso los únicos habitantes de la tierra? ¿Por qué expulsáis de vuestras posesiones a los que tienen vuestra misma naturaleza y reivindicáis para vosotros solos la posesión de toda la tierra? […]
Cuanto más tienes más deseas. Y aunque lo adquirieras todo seguirías siendo un indigente: pues la avaricia se inflama con el lucro en lugar de extinguirse.
El rico es más tolerable cuanto menos tiene […] lo que Dios hizo nacer para muchos por medio de ti, tú te lo reservas para ti solo o, mejor dicho, lo pierdes para ti solo.
Muchos ricos decís que no debemos bendecir al que Dios maldice y quiere que pase necesidad. Pero yo te digo que los pobres no son malditos. […]
La tierra es de todos, no sólo de los ricos. Pero son muchos más los que no gozan de ella que los que la disfrutan. Lo que das al necesitado te aprovecha también a ti. […] (Porque) es el propietario el que debe ser dueño de la propiedad y no la propiedad señora del propietario. (Libro de Nabot el israelita, PL 14, 765ss).
Los misterios de la fe no requieren oro. Y lo que no se puede comprar con el oro tampoco se dignifica más con el oro”. (Sobre los deberes de los ministros de la Iglesia, PL 16,6)
(San Ambrosio C. 340-397)
“¿Qué hay en la raíz de la esclavitud, del desempleo, del abandono de los bienes comunes y la naturaleza?
La corrupción, un proceso de muerte que nutre la cultura de la muerte. Porque el afán de poder y de tener no conoce límites. La corrupción no se combate con el silencio. Debemos hablar de ella, denunciar sus males, comprenderla para poder mostrar la voluntad de hacer valer la misericordia sobre la mezquindad, la belleza sobre la nada . Pidamos juntos para que aquellos que tienen un poder material, político o espiritual no se dejen dominar por la corrupción.” (El vídeo del Papa. Febrero 2018)
Cerrar los ojos ante la corrupción que nos invade no sirve de nada. Si queremos acabar con ella, con esa corrupción que causa tanto daño en el mundo, mirémosle a la cara y hablemos claro, como hace el Papa Francisco.