“Virgen bendita de la Soledad, gracia plena, ruega al Padre eterno por tu pueblo fiel que con embeleso te venera y con fe te implora”.
El pasado domingo 20 de octubre la localidad de Cantillana vivió un día histórico con la Procesión Triunfal de la Virgen de la Soledad por la Ratificación Pontificia de su Patronazgo sobre la villa de Cantillana. Salida que en un principio estaba prevista para la tarde del sábado, pero por las previsiones meteorológicas, la Hermandad se vio obligada a programarla a la mañana del domingo.
Fue así que Cantillana amaneció con sus mejores galas: mantones, colgaduras y calles adornadas para el paso de la imagen mariana que une al pueblo y lo protege desde hace ya cinco siglos. Lugares como la Ermita de la Misericordia y la de San Bartolomé visitó la Virgen en esta procesión acompañada por numerosas hermandades de la provincia y del propio pueblo que formaban un amplio cortejo que acababa con el paso de palio de María Santísima de la Soledad arropado por la gente de su pueblo que como siempre caminaban a su vera buscando en Ella su amparo.
La imagen de la Virgen de la Soledad es una de las devociones más antiguas de nuestra Archidiócesis de Sevilla. Según el profesor José Roda Peña, desde el punto de vista estilístico, la imagen responde a la cronología del contrato firmado en 1583 con el artista Juan de Santamaría, autor igualmente del Cristo yacente.
Cuenta la tradición que la imagen de la Virgen de la Soledad llegó a Cantillana procedente de Sevilla, en un barco a través del río Guadalquivir. Una vez en el lugar de la Alameda, fue montada en una carreta y una vez atravesado el pueblo, siguió por la actual carretera de El Pedroso, antiguo camino que unía las provincias de Sevilla y Córdoba. Al llegar al lugar donde se ubica hoy su ermita, dicha carreta fue atrapada por el barro no habiendo fuerza humana capaz de ponerla en movimiento. La gente del pueblo pensó que la imagen deseaba que en aquel lugar se le rindiera culto y así se viene haciendo desde entonces.
Desde muy pronto los cantillaneros sintieron una gran devoción hacia la Virgen de la Soledad a la que reconocen desde muy pronto como su abogada y protectora, acudiendo a Ella en momentos difíciles y en tiempos de calamidades. Pero fue en el año 1919 a instancias del clero parroquial y del
ayuntamiento cuando se eleva la petición a la Santa Sede para que reconociera el Patronazgo de la Virgen en esta villa de Cantillana. Dicho reconocimiento canónico se hizo público en la función de los Dolores Gloriosos del siguiente año, momento que los cantillaneros vivieron con gran emoción.
Por la enorme devoción que esta imagen suscita en su pueblo, el 24 de noviembre del año 1995 el pleno del ayuntamiento aprueba por unanimidad conceder la Medalla de oro de la Villa de Cantillana a su Patrona. Pasados unos años, el 17 de diciembre de 2005, María Santísima de la Soledad es nombrada Alcadesa mayor perpetua de la villa de Cantillana, celebrándose una Función Solemne donde el alcalde le impuso la vara de mando de tan honoroso título.
Y ha sido en este año 2019 cuando la Santa Sede atendiendo a las súplicas de todo el pueblo ha ratificado con rango pontificio el Patronazgo de la Santísima Virgen de la Soledad y la ha nombrado Patrona Canónica Apud Deum de la villa de Cantillana. Es por ello, que la Hermandad ha
celebrado durante este mes de octubre una serie de actos y cultos extraordinarios que comenzaban el pasado 12 de octubre cuando la Virgen era trasladada desde su Santuario hasta la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción. Una vez en la parroquia la Virgen estuvo en Devoto Besamanos para a continuación celebrarse un Solemne Triduo de Acción de Gracias. Una semana inolvidable para el pueblo que culminó con la Procesión Triunfal de regreso a su Santuario, donde en la plaza del ayuntamiento tuvo lugar el acto de Consagración de la Villa a la Santísima Virgen de la
Soledad.
Mari Carmen Hernández.